El biopic es uno de los géneros fílmicos que se nos antojan más difíciles, ya que es complicado resumir una vida en poco más de dos horas y no es fácil elegir lo mejor de una persona y lo más significativo. En este caso no estamos hablando de un personaje real por lo que el guionista, o en esta ocasión el novelista, puede inventarse lo que quiera, otra cuestión es que resulte creíble o no.
Richard J. Lewis, director curtido en la tele, ha elegido La versión Barney, una de las obras más reconocidas, la última y tal vez la mejor de las diez novelas de Mordecai Richler, autor canadiense muerto en 2001, a los 70 años, que se convirtió en la conciencia de la comunidad judía de Quebec, autor a quien dedica el realizador éste su primer largometraje para la gran pantalla.
Cuenta la vida de Barney Panofsky, durante su estancia en Roma, donde se casa por primera vez con Clara, una mujer infiel y de espíritu libre. Al fallecer ésta se marcha a Montreal (Canadá), donde se convierte en productor de televisión, se casa con una rica judía y se enamora, durante el banquete de boda, de Miriam, que será el definitivo amor de su vida y su tercera esposa, que le dará dos hijos.
Aunque estas sean las líneas escuetas del argumento lo que interesa es lo que va viviendo este complicado personaje, inseguro, inconformista e irreverente, seductor nato, celoso con las mujeres, así como la relación con su padre, con su amigo Boggie y la manera que tiene de vivir la vida, lo que le hace unas veces odioso, otras simpático y hasta tierno en ocasiones. A lo largo de la trama se tocan temas como la literatura, la radio, las producciones de televisión o el periodismo, que van surgiendo sin un orden determinado.
El guion de Michael Konyves recoge lo mejor de la novela, aunque algunos personajes se han perdido en la adaptación o han sido agrupados, quedando lo más valioso de la misma, lo que hace que no pierda fuerza en ningún instante a pesar de su largo metraje, quizá excesivo, y que en ocasiones sea reiterativo.
Cuando ya parece que va a terminar aún queda la última parte, la más interesante y donde se nos muestra el aspecto más humanitario de este hombre corriente, poco ejemplar, con una vida política y moralmente incorrecta.
Paul Giamatti, actor secundario que ha escalado puestos hasta llegar a ser protagonista, tiene aquí uno de los más logrados papeles de su carrera acerca de un personaje del que abarca toda su vida (merecida la nominación al Oscar de maquillaje que marca el discurrir del personaje) que le hizo ganador del Globo de Oro, con una notable respuesta por parte de Rosamund Pike y el breve pero interesante trabajo del veterano Dustin Hoffman.
La película obtuvo el Premio del Público en el Festival de San Sebastián 2010.
El mundo según Barney -
by Francisco Casado López,
Apr 10, 2011
2 /
5 stars
A la tercera...
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