El Nuevo Mundo

Por fin cantó la gallina: lo que había en Malas tierras, Días del cielo y La delgada línea roja no era poesía teñida de desesperanza sino unos malos versos deshilachados con imágenes estetizantes de cineasta amateur. Y que conste que soy de los que he vivido engañado por este director, Terrence Malick, de escasísima obra (cuatro largometrajes en treinta y dos años, a una media de una película cada ocho años), pero que ha contado siempre con un predicamento entre la crítica (no entre el público, que es sabio...) que ciertamente no se merecía.

Porque El Nuevo Mundo es lo más cursi, pedestre, engolado, arrogante y petulante que se ha hecho en mucho tiempo (y mira que se han hecho engendros espantosos con todos esos "atributos"). Todo se ciñe a imágenes supuestamente bellas de los primigenios territorios que hoyaron los primeros colonizadores ingleses, con líricos parlamentos "en off" en plan El Loco de la Colina (sólo que sin la voz de Jesús Quintero; los internautas españoles saben a qué me refiero), todo muy poético, pero también muy vacío.

Es verdad que en La delgada línea roja había escenas de cierta enjundia, y que el tono general era noble e interesaba. Pero ese mismo esquema aplicado a esta aventura, por decir algo, del John Smith primordial (algo así como el Colón de los anglosajones) y su relación amorosa con la princesa Pocahontas, o Rebecca, o como demonios se llamase, no se sostiene en ningún momento. El bostezo es la actividad humana más extendida entre el público que asiste (para su estupor, y sobre todo el de su bolsillo) a estas dos horas y pico de aburrimiento inenarrable, de imágenes de postalita, con un ritmo insufrible y una falta de narratividad (no buscada, lo que podría haber sido una opción) insoportable.

Así que, en buena hora, este por lo demás modesto producto, en cuanto a medios de producción, se ha pegado un buen batacazo comercial en USA, y no digamos en España, en cuanto el personal huela el gato por liebre que le quieren colar. Así que Malick se tirará otros diez o quince años sin hacer cine: no te echaremos de menos...

(28-02-2006)