Pelicula:

José Luis Guerín es uno de los cineastas experimentales más interesantes que tenemos en España. Desde que en 1984 debutara con la quizá insuficiente pero alentadora Los motivos de Berta, sus películas (pocas, porque evidentemente no se ajusta a los cánones comerciales al uso y, aunque de escaso presupuesto, cada nuevo proyecto resulta difícil de levantar) son celebradas por crítica y cinefilia. Así, hemos podido disfrutar de un cine complejo, siempre innovador, distinto, que busca nuevas fórmulas de contar historias, o simplemente de no contarlas. Hemos visto así films tan estimulantes, a veces desconcertantes, como Innisfree (1990), Tren de sombras (1997), En construcción (2001), y La academia de las musas (2015).

Pero, claro está, no siempre se acierta. Es el caso: En la ciudad de Sylvia es tan evanescente que, ciertamente, se pierde entre los dedos como agua o arena. Un chico, francés (o belga) por su lengua vernácula, regresa a Estrasburgo años después de haber conocido y amado allí a la Sylvia del título. Pero, por supuesto, la tal Sylvia no aparecerá, aunque en sus paseos por la ciudad del Parlamento Europeo nuestro protagonista creerá reconocerla en las facciones de una española que reside allí, lo que provoca un encuentro un tanto embarazoso...

Está claro que Guerín intentó aquí, tal vez sin fortuna, hablarnos sin apenas palabras sobre la nostalgia, sobre la melancolía que nos deja un momento mejor, un momento álgido en nuestras vidas (para la ocasión el romance que el prota mantuvo con la ignota Sylvia, años atrás), sobre el eterno retorno de querer volver al tiempo en el que fuimos dichosos, cuando todo era perfecto. Pero la película no termina de encontrar su punto, más allá de las evanescentes escenas del protagonista deambulando sin destino fijo por Estrasburgo, a la caza de un tiempo que no volverá. Crónica entonces también sobre la fugacidad del tiempo, y de las huellas que este deja en nuestro espíritu, pero también en las ciudades donde fuimos felices, marcándolas para permitirnos reencontrarnos con las huellas fugaces que nos hicieron elevarnos un palmo sobre el suelo.

El tema, incluso en el tono silente y despacioso que marca Guerín, se podría haber resuelto con más fluidez en la mitad de los escasos 84 minutos de la película. A veces se pide demasiado al espectador, queriendo que este complete lo que está incompleto y, lo que es peor, resulta inconexo y a ratos gratuito.

Queda entonces En la ciudad de Sylvia como el osado experimento que es todo film de José Luis Guerin, si bien en otras ocasiones el cineasta barcelonés ha estado más acertado. Lástima. Xavier Laffite y Pilar López de Ayala ponen su bonito palmito; está claro que ella es mucho mejor intérprete que él, pero también que el chico es ideal para el personaje: lánguido, casi ectoplásmico.


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Duración

84'

Año de producción

En la ciudad de Sylvia - by , Dec 26, 2018
2 / 5 stars
Evanescencias