Como era de prever, en un país tan beato y meapilas como Estados Unidos, las alusiones a Darwin, el padre de la teoría de la evolución natural de las especies, son escasas y generalmente poco positivas para el científico y su obra, hoy aceptada abrumadoramente en el resto del mundo (llamémosle) civilizado. Hasta cuando lo enfocaba con liberalismo, como aquella vieja película de Stanley Kramer, La herencia del viento (1960), con el estupendo Spencer Tracy, terminaba dándole una patada en el culo; y es que Dios y América, como se sabe, están por encima de todo...
Viene todo este preámbulo a cuento de Evolution, donde Hollywood recurre colateralmente a Darwin, a partir de la invasión de una forma de vida extraterrestre que quema una tras otra todas las fases de la teoría evolutiva (desde los microorganismos unicelulares a la reproducción por mitosis, hasta llegar al estadio del simio inteligente), eso sí, a una velocidad de vértigo: días para lo que en la Tierra costó cientos de millones de años.
Sin embargo, ese fenómeno evolutivo es presentado por Reitman con tintes sumamente negativos: todos los animales, en cualquiera de los estadios en que se encuentran, son sumamente agresivos con los humanos, y se constituyen pronto en una amenaza gravísima para la supervivencia de nuestra especie. Menos mal que Reitman parece recuperar a su trío de Los cazafantasmas, ahora con otras caras y sin conexión directa con aquélla, y convenientemente "aggiornados": el científico más o menos serio (Duchovny, que parece todavía en un Expediente X, aunque más rijoso y guasón); el negro lúbrico y supuestamente chistoso (Orlando Jones) y un tercero de cuyo nombre no quiero acordarme, directamente traído del universo de Dos tontos muy tontos. Este escuadrón de descerebrados será el que sacará las castañas del fuego. Parece como si Reitman viniera a decir que para acabar con la amenaza científica lo mejor es un puñado de tarados mentales. Ya lo dijo, hace tantos años, aquel ilustre tullido español, el general Millán Astray: "¡Muera la inteligencia!" Qué lejos estaba de suponer que Hollywood terminaría plagiándole... y además sin pagar royalties a sus herederos...
(23-08-2004)
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