Fuga de Pretoria

Esta película está disponible en los catálogos de Filmin y Rakuten, Plataformas de Vídeo Bajo Demanda (VoD), y en la sección Cine de Movistar+.

Ante la falta de argumentos, el cine en general se está apoyando en sucesos extraídos de la prensa, por lo que habría que crear el género de "basado en hechos reales". En este caso se cuenta la increíble escapada de tres fugitivos de la prisión Robben Island de Pretoria, en Sudáfrica, en 1979, en los duros años del apartheid sudafricano, con lo que se ha construido un thriller cuya base es una auténtica carrera contra el tiempo.

La acción comienza con Tim Jenkin, un estudiante de sociología, y su amigo Stephen Lee, poniendo en Ciudad del Cabo unas bolsas con un pequeño dispositivo explosivo que hace saltar por los aires un gran mazo de propaganda contra el régimen del apartheid; a pesar de huir pronto del lugar, son detenidos y condenados, Jenkins a doce años y Lee a ocho, ambos en una cárcel de Pretoria. Desde el primer día ya están pensando en la huida y aunque Denis Goldberg, un veterano que está sentenciado por apoyar a Nelson Mandela, les hace ver que no es fácil escapar y que nunca lo lograrán, no cejarán en el empeño, añadiéndose Leonard Fontaine, al que tan sólo dejan ver a su hijo pequeño una vez al año durante 30 minutos, algo inhumano. Los demás no quisieron huir por miedo a las represalias posteriores.

Jenkin se fija en el tipo de llaves de la puerta de la celda que los guardias llevan colgadas del cinturón, y durante los trabajos que hacen en la carpintería de la cárcel copia un modelo en un tipo de madera dura que le da resultado. El segundo paso es idear un mecanismo para desde dentro poder abrir la puerta por fuera.

Aunque esto puede parecer un “spoiler”, sin embargo el interés no está en ello, sino en la tensión constante que produce cada movimiento, en la presión que sufren en los registros de las celdas, en la actitud castigadora de los vigilantes que al menor descuido son registrados, castigados o sospechan de sus movimientos en las disciplinas a seguir, en los trabajos a realizar en cualquier parte de la prisión, que está rodeada de altos muros, con vigilantes con metralletas por si hubiera una huida, que no creen que suceda.

A pesar de ser una coproducción entre Reino Unido y Australia, rodada en este último país, se asemeja al cine carcelario americano, con fuga incluida, aunque el ambiente es distinto y no se producen escenas de violencia entre los presos, sino que va dirigida la trama al suspense constante que se origina a lo largo de la historia.

Daniel Radcliffe, tras los muchos millones que ganó haciendo la serie de películas sobre los libros de J.K. Rowling encarnando a Harry Potter, ahora se permite el lujo de poder elegir los papeles que le gustan, dentro de los que le ofrecen, aunque a decir verdad no siempre acierta, aunque se lo pase bien rodando este tipo de films. Aquí se erige en el cerebro del grupo al que se les ocurren todas las ideas para poder salir de la ratonera.

La película está dirigida por el joven cineasta inglés de color, Francis Annan, que tras realizar varios cortos y algunos episodios de series de televisión, hace con Fuga de Pretoria (2018) su tercer largo, al que le imprime mucho suspense en la puesta en imágenes del guion escrito con L.H. Adams, basado en el libro del protagonista Tim Jenkin, publicado en 1987, de donde extrajo la historia Karol Griffiths.

Una cinta interesante que gustará a los que amen el cine carcelario y de fugas.