Jonathan Demme es un realizador norteamericano que ha logrado un extraño eco entre determinada crítica, tal vez por cierto esnobismo mal entendido. La primera parte de su obra se estrenó en España tarde, mal y casi nunca, pero a la vista de lo que nos llegó de aquella época (El eslabón del Niágara, Casada con todos), lo único realmente interesante que hizo en aquellos años fue Algo salvaje, el redescubrimiento de Melanie Griffith y la revelación del “malote” Ray Liotta.
En La cárcel caliente (de título un tanto equívoco, es cierto: se hizo en los años de la explosión del blandiporno, aunque éste no lo sea), película ya antigua en su filmografía, planteaba un drama carcelario en el que todos los personajes relevantes eran mujeres, presidiarias en un penal, obviamente regentado por la tópica alcaidesa con mala uva reconcentrada, que disfruta haciéndoselo pasar mal a las pobrecitas reclusas…
Total, nada de especial interés. Lo más curioso del film quizá sea la recuperación para el cine de los años setenta de la siempre grande Barbara Steele, musa del mejor cine de terror de los años sesenta, en films como El péndulo de la muerte, de Roger Corman, y, sobre todo, la espléndida La máscara del demonio, de Mario Bava.
(28-04-2009)
84'