Pelicula:

Tras el éxito de La maldición de Frankenskein (1957), la productora británica Hammer Films y el director Terence Fisher se dedicaron a llevar a la gran pantalla a los mitos del terror de todos los tiempos. Así surgieron algunas de las mejores películas del género de aquellos años, incluso de “todos” los años: Drácula (1958), que entroniza a Christopher Lee como el vampiro por excelencia: elegante, erótico, un caballero escalofriante; El perro de Baskerville (1959), sobre la novela de Conan Doyle de la serie de Sherlock Holmes; Las dos caras del Dr. Jekyll (1960), sobre el clásico de Robert L. Stevenson; La maldición del hombre lobo (1961), sobre el mito del licántropo; El fantasma de la Ópera (1962), sobre el clásico literario de Gaston Leroux.

Entre esas puestas en escena en la gran pantalla de la mitología terrorífica cobra especial relevancia esta La momia, que actualizaba el viejo mito de los miedos a las pirámides y a las tumbas egipcias. La historia, ambientada a finales del siglo XIX, nos presenta a la familia Banning, formada por el padre, su hijo y el hermano y tío de los dos primeros, todos ellos arqueólogos, en una excavación en Egipto que da a la luz la cámara funeraria de una princesa del antiguo imperio egipcio que se reveló contra el Faraón y fue condenada por ello para toda la eternidad a morar en un sarcófago; el sacerdote que realiza los rituales necrológicos, enamorado de la bella, intentará revivirla, por lo que será condenado a permanecer en la misma cámara funeraria que los tres pánfilos y desprevenidos arqueólogos están a punto de desvelar...

Historia intrigante, de evidente y delicioso corte “vintage”, no está exenta de humor en su pintura de los lugareños británicos, con tendencia a darle al tarro más de la cuenta; pero el tono en general es serio y con frecuencia estremecedor, a pesar de (o quizá precisamente por) la casi total ausencia de efectos especiales, por lo que el miedo ha de conseguirse con la mera elaboración de una atmósfera inquietante, con la figura imponente de la momia atravesando los desolados pantanos del campo inglés, una figura ajena a toda humanidad (aunque luego sabremos que eso no es exactamente así), una máquina perfecta de matar al servicio de un rencoroso (aunque en el fondo tan cargado de razón) aborigen egipcio.

Con buen pulso narrativo, mezclando con sabiduría los ligeros toques humorísticos con la sensación desasosegante de este redivivo cadáver ambulante que, como el monstruo polimorfo de It follows, no puede ser detenido, siempre en pos de la víctima predeterminada, La momia es una magnífica muestra del cine de terror que la Hammer, para nuestra fortuna, cultivó durante el decenio 1955-1965, seguramente el período más feraz de su existencia como productora especializada en el género, con un Terence Fisher en la plenitud de su carrera y de su vida, y con la pareja Cushing-Lee también en su mejor momento, dos actores que supieron encarnar mejor que nadie aquel terror de los fifties que haría, con razón, furor entre el público.



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86'

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La momia (1959) - by , Mar 19, 2018
4 / 5 stars
Toda humanidad le es ajena (o no...)