Ryûsuke Hamaguchi (Kanagawa, 1978) es un guionista y director japonés licenciado en cine en la Tōkyō Geijutsu Daigaku, la Universidad de las Artes de Tokio, el más prestigioso centro de educación artístico nipón. Su filmografía desde principios de este siglo XXI comprende tanto largos documentales como de ficción. Aunque su obra ha conseguido premios en algunos de los más célebres certámenes mundiales (Cannes, Berlín, Chicago, Locarno, entre otros), lo cierto es que hasta ahora no se había estrenado ninguna de sus películas en España. Es de suponer que la obtención para esta La ruleta de la fortuna y la fantasía del Oso de Plata a la Mejor Dirección en la Berlinale ha debido influir para que, por fin, su cine sea visible en nuestro país.
La historia se desarrolla en tres segmentos distintos, sin relación entre ellos. El primero se titula “Magia. O algo menos”, y trata de un peculiar triángulo amoroso. Una chica, Tsu, cuenta a su amiga Meiko su incipiente relación con un hombre, Ka, que resulta ser el ex de la otra chica; esta da entonces en ver a su antigua pareja para hablar de esta nueva relación con su amiga... El segundo capítulo se titula “Puerta abierta de par en par”, y narra un episodio ambientado en la universidad, cuando un estudiante al que un profesor ha expulsado justamente de los estudios pide a su amante (a su vez casada y con un hijo) que seduzca a ese profesor para causarle problemas y hacer que lo expulsen del centro educativo... El tercer episodio se titula “Una vez más”, y presenta a una joven que cree reconocer en unas escaleras mecánicas a una antigua compañera de instituto. El reencuentro es cordial y la segunda invita a la primera a su casa. Allí se revelará que no todo es como parecía...
El cine de Hamaguchi es un cine interesado fundamentalmente en las relaciones humanas; aquí no hay crímenes, ni terrores, ni fantasías: sus historias son de gente corriente, aunque sus relaciones a veces sean un tanto peculiares y sus personajes actúen de manera digamos extraña. Así, la primera parte nos presentará un curioso triángulo amoroso en el que el cineasta, a la manera del surcoreano Hong Sang-soo (el del cine sinuoso –también muy estimulante-- de films como La cámara de Claire o El hotel a orillas del mar), presentará un doble y muy diferente desenlace, quizá para que el espectador escoja el que le plazca, o quizá planteando la posibilidad de una segunda oportunidad. En el segundo capítulo, quizá el más interesante a fuer de complejo, tendremos varias cuestiones de lo más sabrosas: el deseo de venganza, la trampa saducea, la retirada ante la felonía a punto de cometer, finalmente la carambola del azar que desencadenará involuntariamente la inicial intención, un azar que, como el cartero, siempre llama dos veces, y quizá ahora el regador sea el regado (o una variante de El curioso impertinente, la novela corta cervantina)... El tercero, sutilísimo, explora la vía del malentendido (¿cómo era aquello? Ah, sí, Dios escribe derecho con renglones torcidos...), a través del cual dos personas desconocidas tendrán la ocasión de estrechar lazos, quizá de ser alguien importante uno para el otro, partiendo de, literalmente, la nada.
Cine de sentimientos, sí, pero cine sobre todo de sutilezas. Sutileza en el triángulo inicial, donde uno de los vértices lo sabe todo de los otros dos e intenta jugar a su favor esa carta, pero donde el propio director, demiurgo absoluto, le cambia el paso y nos permite asistir a un doble final. Sutileza en la emboscada sexual del segundo segmento, en el que la víctima, sin pretenderlo, desactivará inicialmente la trampa a la que se le ha querido pastorear, para finalmente sucumbir ambos por la fuerza del azar, quizá del destino, recordándonos ya de paso lo importante que es escribir bien las direcciones de correo electrónico... Sutileza en ese encuentro del tercer episodio, donde nadie es quien parecía ser, donde ambas llegarán a ser, quizá, lo que nunca hubieran imaginado.
Por poner algún pero, nos parece que los tres episodios son un poco largos; quizá cinco minutos menos en cada uno de ellos los hubiera hecho más redondos, menos innecesariamente discursivos. Es un defecto menor que no empaña una obra singular, una película ciertamente deliciosa que nos enfrenta a los extraños vericuetos de las relaciones humanas, en especial de las relaciones entre hombres y mujeres.
Correcto trabajo interpretativo en general, sin que nos parezca destacar en especial ninguno de los actores y actrices de esta atractiva filigrana, de esta pequeña obra de arte de rara orfebrería sentimental.
(17-11-2021)
121'