Georges Méliès, a lo largo de su inmensa filmografía (superó con holgura el medio millar de películas, si bien todas ellas de cortometraje), cultivó todo tipo de géneros; aunque es evidente que donde más a gusto se encontraba era en el fantástico (véanse sus mejores filmes, como Viaje a la Luna), lo cierto es que en una cantidad tan enorme de cortos tocó prácticamente todos los temas, incluidos los religiosos. Méliès fue el primero en poner en imágenes la vida y milagros de la Doncella de Orleáns, en fecha tan temprana como 1900, en su filme Jeanne d’Arc, pero incluso antes de esa fecha ya había llevado al cine otro tema cristiano en esta La tentation de Saint-Antoine, a vueltas con la célebre historia narrada por Atanasio de Alejandría sobre el eremita que es asaltado por el diablo con las voluptuosas formas de una mujer, y cómo el que sería santo se tiene que resistir a tanta tentación…
Lo curioso es que como Méliès era, en el fondo, un guasón (su filmografía está llena de temas humorísticos), la representación de lo que debía ser el pío suceso termina siendo una medio juerga, con el santo al que se le aparecen una, dos y hasta tres mujeres (por cierto, con unas vestimentas que ya tenía que ser el santo un sátiro para sentirse atraído por estas féminas, un prodigio de antilujuria…), pero es que al final se permite incluso la medio blasfemia (para la época) de situar a una de estas diablesas en el lugar donde estaba el Cristo crucificado, que presidía la estancia del anacoreta.
Por supuesto, Méliès usa e incluso abusa del “stop trick”, el truco de la desaparición o aparición súbita en imagen, que él mismo descubriría en fecha tan temprana como 1896. Aquí las diablesas aparecen y desaparecen con una desenvoltura propia de la teletransportación de la serie Star Trek, aunque sin los pijamas que se gastaban los héroes de aquella inolvidable saga catódica de los años sesenta.
El propio Méliès interpreta al ermitaño, con los grandes aspavientos típicos de los actores de la época. Entre las diablesas a alguna se le escapa una mirada a la cámara, como pidiendo el visto bueno al operador: cosas del cine que todavía tenía el cordón umbilical con el teatro, su primer padre putativo.
La tentation de Saint-Antoine -
by Enrique Colmena,
Aug 14, 2013
2 /
5 stars
Una versión algo guasona
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