Los 4 Fantásticos y Silver Surfer

Tenemos escrito, concretamente sobre la anterior entrega de éste que se prevé largo serial, Los Cuatro Fantásticos, que los últimos episodios de los personajes de Marvel que se han llevado al cine dan muestras de agotamiento creativo. Podemos mantener aquella afirmación, hecha en 2005, a la vista de filmes como este Los 4 Fantásticos y Silver Surfer, tan deficiente, tan superficial como el anterior.

Hombre, no es que le pidamos al director Tim Story ni a sus guionistas que nos escriban un tratado aristotélico, ni que filosofe sobre Kierkegaard, pero se le debe pedir un mínimo intelectual que no colinde con el encefalograma plano. La elementalidad de estos 4 Fantásticos les hace que los temas del argumento sean de la entidad de la logística de la boda de dos de los dos protagonistas (él y ella: a USA no ha llegado aún el matrimonio gay…); el mariposeo del tercero, Antorcha, un donjuán permanentemente encendido (y no necesariamente por razones rijosas…), y los escarceos amorosos de La Cosa con su novia ciega. En fin, una estatura como para caerse desde todo lo alto…

Así las cosas, lo de menos es la aventura propiamente dicha, que reincide en lugares comunes: aquí el Fin del Mundo, así, con mayúsculas, es anunciado por un heraldo surfero (¡glup!), que no es sino un pedazo de pan pintado de purpurina que hace lo que le dice su jefe: un “mandao”, como decimos en mi tierra… El tal jefe es una entidad con notable mala leche (no, no es la CIA, ni el ex KGB…) que se zampa los mundos como el que se come un sándwich, y los 4 Memos, digo 4 Fantásticos, tendrán que vencerle, previa atracción del surfero de plata a las filas de los buenos..

Poco hay entonces de interés: el aspecto de Silver Surfer recuerda poderosamente al memorable T1000 de Terminator 2. El Juicio Final; el supervillano vuelve a ser el mismo, ahora con aspecto como de monje surfero (cuando se monta en la tabla de marras), y los actores protagonistas de los cuatro personajes principales parecen empeñados en confirmar que sólo sirven para esto. Pues nada, a ver si demuestran otras aptitudes…