Pelicula: Era de esperar, y casi de desear: las dos primeras partes de ésta que ahora es trilogía (y que seguramente no se quedará ahí) recaudaron entre ambas la bonita cifra de mil millones de dólares en todo el mundo, así que estaba cantado que habría tercera parte. No debían estar errados sus productores, porque lo cierto es que este tercer segmento, a la hora de escribir estas líneas, cuando aún no ha agotado su carrera comercial en salas de cine, lleva ya recaudados otros quinientos millones de dólares más.

Lo importante, empero, no es lo que recaude (hemos visto bostas de vacas que revientan taquillas pero dejan helados los corazones de los espectadores con un mínimo de sensibilidad), sino que la tercera entrega de ésta que se prevé larga franquicia mantiene unos estándares de calidad ciertamente apreciables.

Porque las aventuras de estos animalitos del zoológico norteamericano siguen teniendo interés, sobre todo porque los guionistas no han caído en la rutina que tan habitual es en las series (sean cinematográficas o televisivas), y siguen con las pilas puestas, como los directores (que en algún caso –concretamente en Eric Darnell--  coinciden). Así las cosas, este nuevo segmento presenta diálogos chispeantes y nuevos y estimulantes personaje, como esa villana de la gendarme, en la mejor tradición disneyana (sin ser este un producto Disney), una mala químicamente pura, que parece la bisnieta de la Madrastra de Cenicienta o la tataranieta putativa de la Bruja de Blancanieves, una individua de finísimo olfato literalmente canino y oscuras tendencias sádicas que probablemente poblarán las pesadillas de más de un infante espectador…

Los protagonistas siguen dando juego, como ese león algo lelo que sin embargo habrá de mantener cohesionado el grupo en su deambular por el mundo, abandonando África para aterrizar en Europa (en la exquisita Montecarlo, nada menos) y, tras un éxodo por el Viejo Continente, volver al hogar, dulce hogar, que se demostrará bastante menos dulce de lo que recordaban.

La acción, tanto en la primera hora como en un final de infarto, es vertiginosa, con una inferior zona central en la que los guionistas y directores parecen tomarse un respiro. Además, aún tienen tiempo y arrestos para introducir una de esas ideas-fuerza positivas que tan bien funcionan en este tipo de cine mayoritariamente dirigido a públicos infantiles y adolescentes: la necesidad de poner pasión, alma y corazón, en todo aquello que hagamos, sea lo que sea.

Y eso que, en busca de argumentos y temáticas, los guionistas han seguido una senda fácil, la de hacer que sus personajes viajen a lo largo del mundo, como suelen hacer los escritores y cineastas cuando se encuentran escasitos de ideas (cfr. Tom Sawyer en el extranjero, de Mark Twain, o Tarzán en Nueva York, de Richard Thorpe). En la trilogía que ahora termina (perdón, que no termina…) los animalitos protagonistas ya conocen, además del Estados Unidos en el que residían, África y Europa; venga, vamos en las próximas entregas a Asia, donde los pandas, por ejemplo, pueden dar mucho juego, y Australia y resto de Oceanía, donde los canguros y los ornitorrincos pueden partir la pana, como dicen en Hispanoamérica, donde por cierto una visita podría tener como invitado especial a esas llamas de certera puntería en sus esputos… Claro, ahora con los viajes “low cost”, todo resulta posible: hasta que un león, una hipopótama, una jirafa y una cebra, entre otros bichitos, den la vuelta al mundo…

Género

Nacionalidad

Duración

93'

Año de producción

Trailer

Madagascar 3. De marcha por Europa - by , Aug 09, 2012
3 / 5 stars
Aprovechando los viajes “low cost”