Con motivo del vigésimo aniversario del estreno mundial de Matrix se ha repuesto esta película con honores de estreno. Esta fue nuestra crítica en su momento, en 1999, crítica que nos parece plenamente vigente, veinte años después:
Precedida de una notabilísima taquilla en Estados Unidos, tal hecho no debe confundirnos: Matrix pretende, desde luego, batir récords de recaudación, pero, contra toda esperanza, no lo hace desde la perspectiva habitual del productor hodierno de Hollywood (repetir "ad nauseam" fórmulas de reconocida solvencia comercial aunque meramente repetitivas), sino que nos presenta un producto atípico que, a estas alturas, plantea nada menos que una especie de evangelio cibernético, una historia de redención que remite en todo momento a la mismísima génesis del cristianismo.
Veamos: hay un pueblo oprimido por otra raza, la leyenda de un mesías que los redimirá, un profeta que señala al ungido, una vida pública plena de milagros, un sacrificio por su pueblo, una muerte, una resurrección. Si esto no es la vida de Cristo en "software", que venga Dios y lo vea (nunca mejor dicho...). Hábil recreación, pues, del nacimiento de la religión cristiana, no es el único referente (aunque sí el más importante) de este notable filme de pujante fuerza: desde Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo hasta el Superhombre de Nietzsche, pasando por influencias visuales tan dispares como Jungla de cristal, Hombres de negro o los "spaghetti-western" de Sergio Leone, Matrix resulta ser una poderosa mezcla de fuentes, un vigoroso cóctel de temas, estilos e imágenes, la eterna lucha entre Hombre y Máquina, entre Bien y Mal, llevada a un terreno, el del mundo virtual, donde vale casi todo, a fuer de no ser prácticamente nada.
No es descabellado afirmar que, en ciencia-ficción, Matrix marca un punto y aparte, una referencia inevitable para buena parte del cine de este género que se haga a partir de ahora; como los filmes que se han citado como sus antecedentes, 2001: Una odisea del espacio y Blade Runner, la película de los Hermanos (nota de 2019: ahora Hermanas...) Wachowski combina atinadamente mensaje y envoltura, contenido y continente. El hecho de que filosófica, metafísicamente, no llegue a la altura de las películas mencionadas no empece su atractivo: en los años noventa no se pueden pedir temas trascendentes; bastante tenemos con intentar "trascender" nosotros hasta, al menos, el siglo que viene.
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