La productora DreamWorks, al igual que hizo una parodia de las películas de karate con Kung Fu Panda (2008), intenta ahora darle la vuelta a los films de superhéroes, hasta el punto de convertir el villano en héroe y viceversa.
Dos niños que nacen en el espacio son enviados a la Tierra en sus respectivas cápsulas, uno cae en una prisión y termina siendo un villano; el otro aterriza en una mansión de buena familia y se convierte en un superhéroe con poderes extraordinarios. El primero será Megamind y el segundo Metro Man.
Megamind tiene la idea de hacer el mal y de eliminar a Metro Man para lograr tener el poder de Metrópolis. Cuando lo consigue se aburre y entonces inventa otro enemigo con poderes mayores, Titán. Para liquidar al primero secuestra a la periodista Roxanne Ritchi, que acaba enamorándose de él cuando se sitúa del lado del bien.
Cuando se ve esta cinta se puede observar que sus imágenes tienen cierto parecido con la película de Superman (1978), en la figura del superhéroe que es capaz de volar con su capa, en la de la periodista, que recuerda a Lois Lane, en el nombre de la ciudad, Metrópolis, etc. por lo que digamos que no es muy original dadas las coincidencias apuntadas.
Sí acierta en la creación de Esbirro, el guardaespaldas de Megamind y cerebro del mal, que aconseja a su amo, que se trata de una piraña encerrada en una especie de escafandra de buzo.
El dibujo tiene alguna semejanza con Los increíbles (2004), un aporte más de la escasa inventiva también en el diseño de personajes.
El fin último de este film no es otro que el de captar a la audiencia juvenil, al tiempo que a los mayores, ya que hay algunos guiños destinados a los adultos que no captan los niños.
Se toca de pasada la idea que lleva a ejercer el mal porque es más divertido pero al final resulta aburrido, así como la necesidad de amar y de ser amado, sacando en conclusión que hacer el bien es mejor que el mal, cuando se produce el cambio moral del villano.
La falta de originalidad se suple con los buenos efectos especiales y el uso de la técnica del 3D, aunque el guión lleve a confusión en determinados momentos a los pequeños que no terminan de entender el cambio producido en el megavillano, la desmitificación del superhéroe y su lado más sentimental.
Tom McGrath, que había codirigido las dos entregas de Madagascar (2005) y Madagascar 2; Escape a Africa (2008), dirige ahora en solitario esta cinta de la que sale airoso con dignidad, pero sin convencer demasiado, resultando divertida a ratos.
Megamind está en la lista de las candidatas a ser nominadas al Oscar a la mejor película de animación.
Megamind -
by Francisco Casado López,
Dec 31, 2010
1 /
5 stars
Un villano bueno
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