Pelicula:

Uno de los géneros predilectos de John Huston como director fue, sin duda, la aventura. Dentro del mismo dirigió algunas de sus películas más reconocibles y memorables, como El tesoro de Sierra Madre (1948), con el gran Bogart, pero también con su padre, Walter Huston; La reina de África (1951), de nuevo con Bogart y la estupenda Katharine Hepburn, si bien en esta era evidente su hibridación con el género de la comedia; y, entre otras, El hombre que pudo reinar (1975), con la formidable pareja Sean Connery-Michael Caine, un interesantísimo acercamiento al exótico mundo de Rudyard Kipling.

Por eso no resulta extraño que fuera John Huston la persona adecuada para adaptar a la gran pantalla la novela Moby Dick, obra maestra de la literatura y de su autor, el escritor neoyorquino del siglo XIX Herman Melville, la novela por excelencia del mar, pero también una lectura simbólica sobre el ser humano, la venganza como motor y el eterno enfrentamiento entre Bien y Mal, cuyos límites, como en este caso, están más que difusos.

Se nos cuenta en la película la historia de un chico, Ismael, embarcado en un ballenero, el Pequod, marcado por el destino de su capitán, Ahab, un hombre de una sola pierna, obsesionado por la captura del cachalote ominosamente blanco que le arrancó la otra extremidad inferior.

Trascendiendo el mero relato de aventuras, que también lo es, y formidable, la película se constituye en una hermosa, fatalista reflexión sobre el Destino, pero también sobre el Mal como entidad ontológicamente cierta, verdadera, al margen de las ideas que las correspondientes religiones hayan extendido al respecto. Las escenas de la caza de ballenas son magníficas (inolvidable el repetido grito de “¡Por allá resopla!”, indicativo de la dirección en la que se mueven los cetáceos), de una fuerza y un brío notables, y la atmósfera creada por Huston en su película es por momentos asfixiante.

Gregory Peck estaba soberbio como el capitán Ahab: él fue, es y será la viva imagen del oficial marino que vivía solo para vengarse de aquel diablo blanco de mandíbula torcida, como lo describía Melville en su novela. Como curiosidad, Richard Basehart, que interpretaba al “chico” que se enrolaba poco menos que de grumete, tenía en ese tiempo ya 42 “tacos”, y de hecho poco después encarnó el personaje del talludito almirante Harriman Nelson en la mítica serie televisiva de nuestra infancia, Viaje al fondo del mar. Con un papel corto pero impactante, Orson Welles deja su impronta en la película como agorero predicador de encendido verbo.


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Duración

116'

Año de producción

Moby Dick - by , Aug 23, 2019
4 / 5 stars
¡Por allá resopla!