Joseph H. Lewis suele ser un gran desconocido para el público en general, aunque no para el cinéfilo cultivado. Fue un cineasta de larga trayectoria (comenzó a dirigir en 1937, aunque anteriormente se había curtido en mil y una faenas cinematográficas, desde 1931, y se retiró a mediados de los años sesenta). En su carrera, como solía ocurrir en el Hollywood clásico, hay cine de todo tipo de géneros, aunque en el que destacó más y por el que sin duda tiene un lugar de honor en la Historia del Cinematógrafo es por sus aportaciones al cine negro.
Así, durante las décadas de los años cuarenta y cincuenta (las más feraces en su filmografía y, curiosamente, las dos décadas de oro del Hollywood clásico, los mejores veinte años de cine de todos los tiempos), Lewis dirigió, además de películas de los géneros más diversos, un puñado de films que se pueden inscribir sin posibilidad de error en lo que normalmente denominamos cine negro: fueron títulos como So dark the night (1946), Mujer sin pasaporte (1950), con la gran Hedy Lamarr, y Cry of the hunted (1953). Pero dentro de ese género las que se consideran, con toda justicia, sus obras maestras, serían El demonio de las armas (1950), Agente especial (1955) y esta Relato criminal (1949).
En efecto, el año anterior a rodar su película más conocida y prestigiosa, la mentada El demonio de las armas (a la que muchos años después homenajeó espléndidamente en su escena inicial el thriller español Tarde para la ira, de Raúl Arévalo), Joseph H. Lewis, que evidentemente estaba en estado de gracia en esa época, puso en escena este potente policíaco, Relato criminal, una historia ambientada en el proceloso mundo de la mafia y en la lucha que la ley entabla contra el sindicato del crimen. Recreando una atmósfera ciento por ciento cine negro, en la más genuina de las tradiciones del thriller clásico, la película rezuma cinematografía por los cuatro costados, siendo un admirable prodigio de serenidad y buen hacer. Una película imprescindible, sobre todo porque lamentablemente es escasamente conocida por el público en general.
Al frente del reparto aparece un Glenn Ford en su mejor momento, pocos años después de alcanzar la cima de su carrera en Gilda (1946).
(24-10-2019)
85'