Séptima página

Ladislao Vajda fue uno de los nombres imprescindibles del cine español de los años cuarenta y, sobre todo, cincuenta. Nacido en Budapest cuando aún era la capital del Imperio Austrohúngaro, trabajó en su juventud con gente como Billy Wilder, lo que sin duda influyó en su talento. Como director hizo cine en medio continente, desde su país natal al Reino Unido, desde Italia a Portugal, entre otros, aunque finalmente se asentó en España a partir de 1943. En los años cincuenta fue responsable de algunos de los mejores films españoles de la época, como Carne de horca (1953), Marcelino pan y vino (1955), Mi tío Jacinto (1956), Tarde de toros (1956) y, sobre todo, el angustioso thriller sobre pedofilia (¡en la España de 1958!) El cebo.

Madrid, a principios de los años cincuenta. Se nos presentan varias historias que giran, de una manera u otra, en torno a esa “séptima página” del periódico en el que aparecen diariamente los sucesos, pero también los eventos como bodas y ecos de sociedad. En ese contexto, conoceremos las historias del policía que ayuda a un amigo noble y desempleado que, sin embargo, está casado con una mujer que no le ama y le pone los cuernos; también la de la chica que se va a casar pero cuyo novio la quiere por su dinero y un desliz de este precipita la ruptura de la novia y el encuentro del verdadero amor; la del médico recién graduado y enamorado hasta las trancas de una joven de la que no sabe casi nada, que resulta ser la amante de un famoso médico ya mayor...

Séptima página participa de un cierto tono neorrealista, el movimiento fílmico que a principios de los años cincuenta ya era toda una realidad en Europa, y en el que bebían, lógicamente, las cinematografías occidentales. Vajda lleva el tema a su terreno en este caleidoscopio humano de firmísimo ritmo narrativo, donde las distintas líneas argumentales van cruzándose entre ellas, bien delineadas y contadas, componiendo una imaginada taracea ciertamente notable. El film se cierra con una leyenda en off que reafirma ese carácter neorrealista: “la vida es demasiado difícil para el que la vive y demasiado sencilla para el que la contempla”.

Vigoroso retablo de una cierta realidad española de principios de los años cincuenta, es cierto que se hurtan aspectos más delicados de la sociedad: pobreza, precariedad, falta de libertades... pero obviamente no había muchas posibilidades reales de hacer algo así en aquella época, con una censura feroz que no dejaba espacio para nada que fuera contra el régimen franquista.

Buen trabajo interpretativo de la “crème de la crème” de lo más granado de los actores y actrices españoles de la época, muchos de ellos en papeles secundarios que resolvieron perfectamente: José Isbert, Julia Caba Alba, Manolo Morán, Rafael Arcos, Rafael Durán, Luis Prendes, José María Rodero, María Asquerino, Alfredo Mayo...

(14-10-2019)