La hija eterna

ESTRENO EN FILMIN.

Joanna Hogg (Londres, 1960) es una guionista, directora de cine y televisión, y realizadora de vídeos musicales, entre otras disciplinas culturales; estudió cine en la prestigiosa National Film and Television School (NFTS), la Escuela Nacional de Cine y Televisión del Reino Unido. Su obra cinematográfica no es extensa, con solo cinco largometrajes de ficción, además de varias series, pero sí ha sido premiada con frecuencia y ha llamado la atención del mismísimo Martin Scorsese, que le produjo su anterior proyecto, las dos partes del díptico The Souvenir (2019-2021), así como también esta La hija eterna. Sorprendentemente, a pesar de los muchos premios y del aval que supone la reiterada producción de uno de los grandes del cine mundial de los últimos cincuenta años, ninguna de las películas de Hogg se han estrenado comercialmente en España.

La hija eterna es una curiosa y nos parece que conseguida aproximación al drama intergeneracional, pero cuya peculiaridad estriba en que está hecha con claves de cine de misterio. Así, conocemos a Julie Hart, directora de cine de mediana edad, que viaja hasta un hotel rural en Gales, junto a su madre, Rosalind, ya anciana, y el perro de esta, Louis, con la intención de inspirarse para escribir el guion de su próxima película, que pretende que verse sobre su relación con su progenitora. El hotel escogido no lo ha sido al azar, sino que, durante la infancia de Rosalind, fue la casa familiar de ésta, por lo que Julie espera que su madre rememore recuerdos de la época y enriquezca así la trama de su futura cinta. Pero el hotel resulta ser poco menos que el castillo de Drácula, además con una recepcionista que es un auténtico cardo borriquero, y el misterio parece rodear (además de una permanente bruma) la vetusta edificación...

Como decimos, nos parece que La hija eterna podría considerarse un drama intergeneracional, de marcado carácter existencialista, con una mujer, a la mitad de su vida, que viaja hasta ese lugar donde su madre se crio, se formó, intentando conectar con lo que ella vivió en su infancia y adolescencia. Ese drama está escrito aquí con tonos misteriosos, fantásticos, intrigantes, en ocasiones incluso inquietantes, pero sin querer hacer la peli de terror que no es, sino otra cosa, entre la nostalgia, el desasosiego, la posibilidad de que, quizá, los recuerdos tomen forma ectoplásmica. Con un giro de guion casi final que (es verdad...) se ve venir desde el principio, no es ello reprochable porque aquí lo importante no es el fantasma de turno sino la atmósfera, la desazón de la protagonista, de la “filmmaker”, como ella misma se autodefine, en un viaje en el que tendrá que aprender a perdonarse a sí misma, en el que quizá intente hacer lo que debió en su momento (esto de no incurrir en “spoilers” a veces nos hace ser un tanto crípticos...).

Obra entonces igualmente dramática y misteriosa, obtiene sus mejores momentos en esas calladas escenas de los páramos galeses, permanentemente entre nieblas, como un poderoso, silente cuento gótico en el que, sin embargo, no hay sustos, porque no tiene que haberlos. Película de atmósfera antes que de interpretaciones, ello no obsta para que Tilda Swinton, eximia, se desdoble excelentemente en el papel de madre e hija, gracias a un maquillaje que no se nota, resultando en ambos papeles extremadamente convincente.

(05-11-2022)