Pelicula:

Karate Kid (El momento de la verdad) (1984), dirigida por John G. Avildsen y con Ralph Macchio y “Pat” Morita como estrellas, fue un gran éxito comercial de los años ochenta, convirtiéndose desde entonces con todo merecimiento en un elemento más de la cultura popular: la historia del niño enclenque al que un maestro japonés adiestraba no solo para hacer frente físicamente a los abusadores de la clase, sino sobre todo para enfrentarse a la vida y madurar como persona, encandiló a mucha gente, incluso a los críticos, siempre tan renuentes con todo lo que sea popular. El film tuvo dos continuaciones decrecientes, Karate Kid II (La historia continúa) (1986) y Karate Kid III. El desafío final (1989), tras lo cual pareció que el filón se agostaba, no obstante lo cual todavía se hizo otra aportación más, El nuevo Karate Kid (1994), ya sin Avildsen ni Macchio, aunque aún con Morita como nexo de unión con la saga inicial, cambiando el sexo del chico por una chica, la estupenda Hilary Swank, en una de sus primeras apariciones en pantalla grande.

Ya bien entrado el siglo XXI, Will Smith, en su faceta de productor, compró los derechos de la película para hacer su versión, con personajes de raza negra y, sobre todo, para propiciar el debut como actor de su hijo Jaden Smith, entonces de 12 años. Jaden ha tenido después una corta carrera como actor, habiéndose dedicado más bien al tema de la música. Will Smith encargó el proyecto a Harald Zwart, un director holandés afincado en Estados Unidos desde unos años antes, habiéndose ganado cierta reputación como fiable director de pelis de acción, como Superagente Cody Banks (2003).

La acción se desarrolla en este caso en China, donde Dre, un joven negro de 12 años (aunque no aparenta ni 8) se ha mudado con su madre, tras quedarse huérfano de padre. La familia se ha mudado al gigante chino por motivos laborales de la madre. Allí el joven Dre pronto se siente intimidado por una pandilla de gamberros aborígenes, que le dan una paliza y le atemorizan. El encuentro con Han, el mantenedor del edificio donde vive con su madre, le abre una puerta para la esperanza, porque el hombre resulta ser un experto en karate, y, tras algunas dudas, accede a adiestrarle en la materia, aunque con técnicas que a Dre le parecen más bien estúpidas...

Lo cierto es que este remake del original Karate Kid (El momento de la verdad) mantiene con bastante fidelidad la peripecia argumental de ese primer título, más allá de cambios cosméticos como variar la raza del protagonista o ambientar la historia (por mor, quizá, de la coproducción con el gigante asiático) en China. Pero en esencia la trama es similar. Aquí, en todo caso, se hace más hincapié en el desvalimiento del protagonista, en su miedo a enfrentarse a los malos, en su sensación de no encontrar salida a una situación que le supera. El “bullying”, esa canallada que perpetran jóvenes sobre jóvenes, lo que lo hace aún más penoso, es su tema, aunque en puridad de lo que se trata es de que Jaden se luzca como actor, cosa que solo se consigue a medias, porque el hijo de Will no parece haber recibido la herencia interpretativa de su padre.

Zwart, en la dirección, hace un trabajo correcto, profesional, pero más bien impersonal. Hay alguna bonita transición, como la del área de basket en el que dejan tirado al prota hasta la mirilla de la puerta de su nueva casa, pero en general el holandés no se quiebra demasiado los cascos, consciente seguramente de que su papel aquí es el del empleado de alto rango del poderoso Will Smith, y de que el que tiene que brillar (aunque finalmente no lo consiga) es el retoño de la estrella negra por excelencia de los últimos treinta años. Se limita Zwart a dirigir con buen pulso y a narrar de forma correcta una historia que, por lo demás, nos la conocemos al dedillo. Estamos entonces ante una filmación elegante, sin errores, con cierta clase, aunque es evidente que está al servicio del lucimiento del niño del jefe.

El famoso “dar cera, pulir cera”, uno de los iconos del original, con el que el señor Miyagi adiestraba a Daniel-san sin que este lo supiera, y que forma parte indeleblemente de la cultura popular, es sustituido aquí por un ejercicio similar, que podríamos denominar “colgar la chaqueta, descolgar la chaqueta”: se agradece ciertamente el intento de variar sobre el mítico entrenamiento, pero no hay color, la verdad, aparte de que se hace demasiado pesada en su exposición en pantalla...

Hay algunas escenas originales, como la del teatro de sombras chinescas, resuelta con elegancia por Zwart, aunque la historia de amor entre los adolescentes rechine un tanto, más que nada porque Jaden tiene pinta de niño de bastante menor edad de la que realmente tenía, lo que juega en contra de la credibilidad de la secuencia. Por otro lado, apenas hay pintura de China, el escenario no parece influir en la historia más allá de algunos detalles, como las citadas sombras chinescas, o las visitas al Palacio Imperial y la Muralla China, que resultan más postalitas turísticas que otra cosa.

Queda dicho que Jaden Smith no parece haber sido llamado para el arte de Talía; tampoco Jackie Chan es precisamente Alec Guinness, y aquí además su personaje carece de la sabiduría innata y el fascinante carisma que desprendía su antecesor “Pat” Morita en su papel equivalente en la trilogía original, el señor Miyagi. Se ha optado por dar una versión más humana y real, aunque en pantalla queda peor, no alcanza el tono como de mito que debería revestir al personaje.

Una secuencia final en la que se riza el rizo, muy similar en casi todo menos en la patada final, en el que la legendaria postura de la grulla deja paso a... (¡uy, casi incurrimos en spoiler!), no ayuda precisamente a que la película termine de convencer plenamente, sin por ello restarle méritos como la agradable película de acción que es, con la carga de profundidad de que solo la convicción en la necesidad de afrontar de cara los miedos puede salvarnos de esos miedos.

(17-01-2021)


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140'

Año de producción

The Karate Kid - by , Jan 17, 2021
2 / 5 stars
Colgar la chaqueta, descolgar la chaqueta