No es la primera vez que se lleva al cine la ruta jacobea del camino de Santiago. Sin ir más lejos ahí está Al final del camino (2008), de Roberto Santiago, una endeble película española en tono de comedia, sobre dos reporteros que tratan de desenmascarar a un falso gurú durante el viaje.
No es el caso de la presente, ni la intención, mucho más acertada, de Emilio Estévez, que trata de reflejar de forma seria el camino, otra cosa es que lo logre con mayor o menor acierto.
Tom Avery es un prestigioso oftalmólogo americano que un día recibe la triste noticia de que su hijo Daniel, con el que no se llevaba bien, acaba de fallecer en los Pirineos cuando emprendía la ruta a Santiago y decide acabar lo que éste había iniciado.
Con sus cenizas a cuestas va haciendo una especie de vía crucis regándolas por las veredas jacobeas en compañía de otros peregrinos que se le unen: un holandés, una mujer que pretende dejar de fumar y un escritor escocés que ha perdido la inspiración.
Son como los cuatro personajes de El mago de Oz (aunque aquí no caminan por losetas amarillas), que parece fue la fuente de inspiración para el guión, además de los relatos de Jack Hitt.
Un film bienintencionado, sin otras pretensiones que las promocionales, casi sin historia, cuyo argumento se cuenta en dos palabras, con el que se presta homenaje al abuelo del director y padre del protagonista, Francisco Estévez, que se va enriqueciendo con los motivos que cada uno de los caminantes tienen para hacer el trayecto, cuyos rasgos los humaniza, pero de forma plana y elemental, ya que no son perfectos.
El camino no es más que una metáfora que habla de no ir solos por la vida y que siempre debemos contar con los demás. Al tiempo que un viaje físico, con elementos turísticos de bellas postales, la gastronomía y algunos tópicos que se despegan; es también interior con la unión del cuerpo y el alma.
La cinta transmite vivencias del camino a lo largo del cual surge la amistad, la camaradería y el ayudarse unos a otros e incluso algún instante dramático.
Tom Avery termina saliendo de la burbuja en la que estaba encerrado antes de morir su hijo, e incluso durante el trayecto, para acabar abriéndose a los demás y encontrándose a sí mismo.
Película irregular con un buen trabajo de Martin Sheen y James Nesbitt y correcto de Deborah Kara Unger.
The way (El camino) -
by Francisco Casado López,
Dec 23, 2010
1 /
5 stars
Camino a Santiago
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