CINE EN SALAS
El cine psicológico se puso de moda durante las décadas de los años 1980 y 1990 en el cine de Hollywood, con una gran cantidad de títulos de ese género. Vidas perfectas (2023) es una de esas producciones pertenecientes a esa clase de cine con esta historia que se desarrolla en los años sesenta en una población norteamericana, que se toma con ganas, ya que hacía tiempo que no aparecían en las salas, pero que sigue funcionando bien.
Dos mujeres, Alice y Celine, llevan una vida tradicional, disfrutan de sus idílicas existencias junto con unos maridos de éxito, Simon y Damian, respectivamente y con sus hijos, Theo y Max, que son de la misma edad, 13 años, son amigos y juegan juntos, ya que sus casas están una al lado de la otra. Ambas mujeres son buenas amigas y mejores vecinas.
La perfecta armonía que existe entre ambas se rompe de repente debido a un trágico accidente en el que Max se cae desde el balcón de su casa y muere. Su madre, Celine, queda inmersa en la tragedia ante la ausencia de su único hijo, ya que tras el parto no puede tener más. Su instinto maternal, título original de esta película, hace que se acerque a Theo, el hijo de Alice, que tiene alergia a unas galletas que no debe tomar. El fallecimiento de la madre de Alice hace que ésta comience a sospechar acerca de Celine y a distanciarse cada vez más ambas, pero no será la única muerte que se produzca en esta historia, que termina como un thriller en el que, a veces, el criminal gana.
Vidas perfectas (2023) es un remake del film belga Duelles (Instinto maternal) (2018), dirigido por Olivier Masset-Depasse, que fue galardonado con nueve premios del cine belga.
El guion de Sarah Conradt, para esta nueva versión, está basado en la primera novela Derrière la haine, escrita por la autora belga Barbara Abel, una especialista en relatos de misterio, casi siempre con la base de una familia en una situación extrema. La historia, que a poco de comenzar se convierte en un drama, debido a la muerte del pequeño Max, poco a poco se va convirtiendo en un thriller con cierto suspense hasta terminar en un inesperado desenlace no habitual.
El cineasta francés Benoît Delhomme comenzó en el cine en 1984 como director de fotografía, con más sesenta cintas que llevan su nombre en ese campo, y ahora, tras cuarenta años en ese apartado, ha decidido asumir también la dirección de su primer largometraje con Vidas perfectas (2023) que es su ópera prima y que está resuelto con cierta eficacia.
Tiene a su cargo a dos estupendas actrices, Anne Hathaway y Jessica Chastain, que entregan lo que mejor saben, asumiendo los personajes de Celine y Alice, respectivamente, a los que se adaptan perfectamente, que comparten el protagonismo de esta historia, que es de lo más destacado de esta producción, mientras que sus maridos permanecen en un segundo término, pero ambas terminan enfrentadas en un gran duelo terrible para las dos.
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