Pelicula:

Con el arranque inicial en el país de las amazonas en el que nació y creció Diana Prince (nombre en la Tierra de Wonder Woman), asistiremos a una serie de pruebas de habilidad, fuerza e inteligencia que recuerdan poderosamente aquel concurso televisivo del Ninja Warrior, o incluso en algún momento el bastante más antiguo (y chusco...) del Grand Prix. Posteriormente nos situamos ya en el año del título, 1984, para encontrarnos a Diana Prince en su papel de científica, y a su colega Barbara Minerva, tan eminente como típica mujer invisible, así como a Maxwell Lord, un pícaro que está timando con una estafa piramidal a medio país. El tiempo histórico se corresponde con la Guerra Fría. A la doctora Minerva le confía el FBI una serie de materiales de origen arqueológico para conocer su antigüedad real, etcétera, pero uno de esos artilugios, una especie de pisapapeles de aspecto un tanto fálico, resulta ser un sorprendente talismán que concede el deseo que quiera la persona que lo toca. Maxwell Lord, conocedor de esa circunstancia, consigue hacerse con el preciado objeto, y ahí comenzará una espiral de imprevisible (o muy previsible, según se vea…) final...

Wonder Woman 1984 sería como una mirada retro, “vintage”, hacia la superheroína de los cómix por excelencia, con permiso de Supergirl, CatWoman y otras chicas enleotardadas. La peculiaridad de esta superheroína, al menos en la visión de nuestra época (la serie homónima que se hizo en 1975 jugaba a otra cosa…), es su carácter eminentemente femenino, incluso feminista: así, la película está vista “en femenino” desde el principio, con la sociedad exclusivamente mujeril en la que se cría la protagonista, y los personajes principales son fundamentalmente femeninos, incluso uno de los malos es “una mala”, la doctora Minerva, a la que el poder, mejor el Poder, subyuga hasta fanatizarla, hasta sacar lo peor de ella, como una Hyde que hubiera dejado a su Jekyll por el camino de perfección, pero también de maldad, al que se lanza con fruición. La “invisibilidad” que aqueja a cierto tipo de mujeres, pero también el intolerable acoso sexual por parte de algunos varones, son otros temas recurrentemente femeninos, feministas, que la película presenta en primer plano.

Todo ello, por supuesto, sin dejar de lado el tema fundamental del film, que no es otro que la acción: una película en la que se ha invertido alrededor de 200 millones de dólares tiene que tener un mastodóntico retorno de taquilla para no hundir al estudio, y a eso se pone la directora, Patty Jenkins, y el multitudinario equipo técnico y artístico, en una cinta ciertamente vistosa aunque también es verdad que tiene una parte central un tanto aburrida, en especial en todo lo relativo a las vicisitudes del villano del film, este Maxwell Lord que enloquece de poder cuando consigue que todo cuanto desee (en su caso por persona interpuesta) le sea concedido, como si poseyera una imaginaria lámpara de Aladino de poder ilimitado, una lámpara de Aladino a lo bestia. Toda la línea argumental de su viaje hacia la locura resulta finalmente excesiva en su alargamiento innecesario, de nuevo ante otra película que participa de esa (errónea) impresión de que cualquier película que se repute importante no puede durar menos de 150 minutos.

Así las cosas, Wonder Woman 1984 resulta ser un apañado aunque a ratos irregular film de acción, con extraordinarios efectos digitales, como ya es consustancial al género en este siglo XXI, con unos F/X cada vez más realistas y conseguidos, y con temas y asuntos especialmente pensados en clave de mujer, aunque por supuesto pueden disfrutarla ambos sexos sin problema.

Con villanos que finalmente resultan más endebles de lo que parecían (especialmente el tal Maxwell Lord, a la postre un pobre diablo que fue objeto de “bullying” en la escuela y que, llegado al poder absoluto, no supo digerirlo adecuadamente), la película sin duda interesará a los aficionados al género, aunque es cierto que, en comparación, resulta algo inferior a los films propiamente dichos de la franquicia Los Vengadores.

No deja de ser curioso que Patty Jenkins, la directora, se diera a conocer en cine con su notable film “indie” Monster (2003), bronca, lacerante historia de personajes marginales que le valió a Charlize Theron su (hasta ahora) único Oscar. Aunque pudiera parecer que su transición hacia el aparatoso cine industrial de los “blockbusters” es incoherente, en puridad no es tal, por cuanto Jenkins presenta en estos ultracomerciales films temáticas en clave femenina que, con otros ropajes, no se desdicen de lo que hiciera en aquel su primer y tan atractivo largometraje.

Gal Gadot vuelve a incorporar a la Mujer Maravilla, como ya lo hizo en la inicial peli del personaje, Wonder Woman (2017), y en otras de la franquicia de la Liga de la Justicia et alii: la actriz israelí se ha hecho ya con el papel y verla a ella es pensar inevitablemente en la superheroína por excelencia de D.C. Comics. Del resto del reparto nos quedaríamos con Kristen Wiig, cuya transición de científica de primerísima línea pero también patito feo, mujer invisible para los demás, a mujerón de bandera, absolutamente segura  de sí misma y admirada por todos, se hace posible gracias a una interesante transformación prácticamente sin artificios ni cosméticas. Pedro Pascal resulta algo menos lucido en su personaje, quizá porque, aunque tiene cierto trasfondo, apenas se le da ocasión para desarrollarlo. Chris Pine tiene aquí el mismo papel que habitualmente se le concede a las bellas mujeres en las producciones de este tipo: es el guapo enamorado, segundón y sin mayor relieve, su personaje lo es en tanto que es el amado de la protagonista. Y es que, como dice el proverbio español, donde las dan, las toman…


(26-12-2020)


 


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151'

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Wonder Woman 1984 - by , Dec 27, 2020
2 / 5 stars
Una lámpara de Aladino a lo bestia