Serie: Borgen

Una de las series de corte político que más impacto ha tenido en este siglo XXI se puede afirmar que es, sin dudas, Borgen, una serie de 3 temporadas de 10 capítulos cada uno que ha llegado a acuñar una fórmula política, “un gobierno a lo Borgen”, que se ha incorporado al uso y costumbres políticos, queriendo indicar con ello la formación de un gabinete ministerial en el que su presidencia no recaería sobre la fuerza más votada, sino sobre otro minoritaria pero que tiene la llave de la gobernanza por su calidad de bisagra con fuerzas colindantes más poderosas pero sin mayoría parlamentaria. Al margen de esa cuestión, lo cierto es que Borgen se ha convertido en una serie mítica, un auténtico clásico a pesar de lo relativamente reciente de su producción, iniciada en 2010, hasta el punto de que, cuando se escriben estas líneas, en 2021, está anunciada la grabación de una nueva temporada, 8 años después de que la serie concluyera oficialmente allá por 2013.

La acción se desarrolla en Dinamarca, entre el final de la primera década y el principio de la segunda de este siglo XXI. Borgen es como se conoce coloquialmente en el país de los daneses al palacio de Christenborg, sede de los tres poderes del estado y también oficina de la presidencia del gobierno. Un escándalo político que inesperadamente salpica al primer ministro y al jefe de la oposición permitirá a Birgitte Nyborg, líder del minoritario Partido Moderado, convertirse en la primera mujer que llega a la presidencia del gobierno, en un gabinete en coalición con Los Verdes y el Partido Laborista. Esa posición minoritaria en la coalición le resultará ciertamente incómoda, pero la primera ministra irá capeando los temporales políticos a base de sensatez y, de vez en cuando, de golpes de audacia. Entre tanto, en su familia las cosas no van demasiado bien: el marido se había dedicado a la casa esperando la oportunidad de volver a ejercer su profesión, cosa ahora imposible ante las nuevas obligaciones de la esposa, mientras  que los hijos, en especial la hija adolescente, se sienten abandonados por su madre, que tiene que dedicar todo su tiempo a su absorbente cargo. Paralelamente conocemos a Kasper, consejero áulico (“spin doctor” le llaman) de la primera ministra, hombre con un oscuro pasado sobre el que no quiere hablar, lo que motiva que su relación con la periodista Katrine fracasara años atrás, si bien es evidente que entre ambos sigue existiendo un sentimiento muy fuerte...

Borgen, como decimos, marca un antes y un después en la ficción política europea, señalando el camino para historias en las que se mezcla la alta (y la baja...) política con las historias más humanas de sus protagonistas, bien los dirigentes, bien aquellos que están  su alrededor, sean familiares, amores o amigos. La historia encuentra el punto exacto de interés para no hacer farragosos los capítulos en la parte política, presentándolos como lo que son, tortuosos juegos de ajedrez en los que cada jugador busca con alambicadas maniobras imponerse al contrario, teniendo en cuenta que en las sociedades modernas y democráticas la opinión pública es fundamental para llegar y mantenerse en el poder.

Habrá lugar entonces para casi todo: en la parte política, para dolorosas acciones como tener que sacrificar al amigo más querido, más antiguo, en aras de mantener la estabilidad del gobierno, pero también para actuar desde la honestidad, o desde la astucia, cuando los embates torticeros amenazan con hundir el barco; en la parte humana, para tener que afrontar traumáticas separaciones conyugales cuando los legítimos intereses de las partes chocan irremisiblemente, pero también para tener que afrontar antiguos traumas que parecían definitivamente sepultados, o para dilucidar qué es más importante, si una exclusiva que catapultaría a la fama, o mantener el secreto cuando ello conllevará un bien público mayor.

Serie entonces de amplio espectro, que puede gustar (y gustará) a amplias capas del público, Borgen es sin duda un referente en el audiovisual de corte político que ha influido, y de qué manera, no solo en Europa, sino incluso en Estados Unidos; de hecho, nos parece que, por ejemplo, la serie Sucesor designado, grabada en 2016 por una coalición de productoras encabezada por la poderosa ABD Studios, o la serie Madame Secretary, de 2014, producida por un “pool” dirigido por la CBS, están fuertemente influidas por el tono y el tema de Borgen.

Muy buen trabajo interpretativo, destacando sobre todo la carismática protagonista, Sidse Babett Knudsen, ciertamente la mejor Birgitte Nyborg posible. También a buen nivel vemos a Pilou Asbaek, que años más tarde brillaría en Juego de tronos en el poderoso papel de Euron Greyjoy, pero también la estupenda Birgitte Hjort Sorensen, que encarna atinadamente a la periodista que, con su experiencia y conocimientos, llegará a ser consejera política.


Borgen - by , Nov 27, 2021
4 / 5 stars
Incluso acuñó una fórmula política...