Ayer viernes día 15 de diciembre de 2023 tuvo lugar, en Fibes-2, en Sevilla, el acto de entrega de los trigésimo sextos premios ASECAN del Cine Andaluz, otorgados por la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía, asociación que fundé, junto a otros colegas de la crítica, hace ahora 41 años, aunque hace muchos también que estoy alejado de las tareas de dirección.
La ceremonia, como viene ocurriendo desde hace ya un par de años, se celebró con el formato de una cena, en el transcurso de la cual se fueron entregando los correspondientes galardones. La conducción principal corrió a cargo de Marta Jiménez y Miguel Ángel Parra; este último sustituyó al inicialmente previsto Rafa Pontes (quien, junto a Marta, viene presentando los ASECAN desde hace 12 años), y ciertamente lo hizo muy bien, no echándose de menos al por lo demás estupendo y ocurrente periodista cordobés. Parra se desenvolvió bien, con su propia personalidad; en algunas ocasiones los presentadores estuvieron ayudados por una pareja descacharrante, que podríamos denominar, desde la guasa andaluza, como la Gorda y la Flaca, las actrices Carmen Orellana y Lola Buzón, ambas descubiertas gracias a su intervención como actrices de reparto en Te estoy amando locamente (film que, a la postre, sería una de las dos grandes triunfadoras de la noche), y que en sus participaciones en la gala fueron las que pusieron el humor más sandunguero, también más “petardo”, como correspondía al momento y a su función en el evento, dos chicas con muy poca vergüenza que nos hicieron reír a mandíbula batiente con su desparpajo.
Al acto, además de los premiados, asistió un nutrido número de personalidades del mundo de la cultura, como los directores Alberto Rodríguez, Pilar Távora, Laura Hojman y Patricia Ortega; las actrices Mercedes Hoyos, Numa Paredes, Carolina Bassecourt (también flamante directora novel con su Cuánto me queda, de inminente estreno), María León, Mila Fernández, Ada Mar Lupiáñez y Lupe Mateo Barredo; el actor Omar Banana; el fotógrafo Curro Medina; el flamante nuevo director del Festival de Cine Europeo de Sevilla, el también productor Manuel Cristóbal; los periodistas Javier Paisano, Leonardo Sardiña y Francisco Gómez Zayas; los críticos de cine José Antonio Díaz Domínguez, Juan Antonio Hidalgo y Juan Jesús de Cózar; del mundo político asistieron, entre otros, la Primera Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Minerva Salas, y el senador y exalcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, así como Pablo García Casado, responsable de contenidos de la Filmoteca de Andalucía; del mundo empresarial estuvieron, entre otros, el presidente de la Fundación SGAE, el también director Antonio Gonzalo; el productor, distribuidor y exhibidor Rogelio Delgado; y el director de la productora Atípica Films, José Antonio Félez.
La ceremonia se alargó durante más de 3 horas y media, ciertamente un tiempo exagerado que convendría, para futuras ediciones, recortar; sería bueno, por ejemplo, empezar puntuales (el comienzo se demoró media hora) y también cumplir con las pausas para tomar los distintos platos de la cena (se anunciaba un cuarto de hora pero después el tiempo se iba a media hora). Son peros menores, que en cualquier caso nos parece conveniente señalar. Por lo demás, los premiados (¡loados sean los cielos!) no fueron, en general, demasiado pesados en sus agradecimientos.
En cuanto a los premios en sí mismos, la noche se saldó con el triunfo de una serie y de una película. La serie es El hijo zurdo, el notable debut del hasta ahora guionista Rafael Cobos como creador de un audiovisual, una historia de redención, o de reconciliación, con el hijo, con la madre, consigo mismo, consigo misma, incardinada en Sevilla; la miniserie de Movistar+ obtuvo, muy merecidamente, tres galardones, concretamente a la Mejor Serie, al Mejor Director, para los sevillanos Cobos y Paco Baños (ex aequo con La espera y F. Javier Gutiérrez), y al Mejor Guion, para Cobos.
Por su parte, y de forma también más que merecida, Te estoy amando locamente se reveló como el ganador “tapado”, consiguiendo dos premios ASECAN, uno de ellos el más importante de la gala, el de Mejor Película, y el otro también importante, el de Mejor Director Novel, para su realizador, el malagueño Alejandro Marín; de hecho, la fresca y a la vez emocionante historia del “Stonewall” andaluz, el germen de los movimientos de reivindicación LGTBI (cuando esas siglas ni existían), gracias a las divertidas “meritorias” de presentación (como jocosamente se autodenominaban), impregnaron toda la gala con su contagiosa alegría “gayfriendly”.
El resto de galardones se repartieron a razón de uno por película. Así, La espera, el bronco y sin embargo estiloso terror del cordobés F. Javier Gutiérrez, se hizo (ex aequo, como queda dicho, con Cobos & Baños) con el premio a la Mejor Dirección. Mamacruz se llevó el de Mejor Interpretación Femenina para la malagueña Kiti Mánver, ausente en la gala, por lo que fue recogido por la directora Patricia Ortega, venezolana afincada en Andalucía desde hace años. Cerrar los ojos, por su parte, firme candidata a la mejor película, se tuvo que conformar con el premio a la Mejor Interpretación Masculina para el algecireño Manolo Solo, por su sobrio trabajo en el regreso (después de 30 años...) de Erice a la dirección. Secaderos, la sensible apuesta telúrico-rural de la granadina Rocío Mesa, se llevó el Premio a la Mejor Música, para la malagueña Paloma Peñarrubia, que lo compartió ex aequo con el sevillano Pablo Cervantes, que lo obtuvo por su notable banda sonora del documental Aníbal, el arquitecto de Sevilla.
El resto de premios fueron: la Mejor No Ficción, para Un día Lobo López, del palaciego Alejandro G. Salgado, sobre el cantante Kiko Veneno; el de Mejor Cortometraje fue para Actos por partes, del granadino Sergio Milán; en Otros Formatos el premio fue para el podcast de Cordópolis y elDiario.es Anguita y Julio; por su parte, los Premios Juan Antonio Bermúdez (que recuerdan al llorado compañero fallecido el pasado año) fueron, en su apartado de Mejor Labor Informativa para el periodista montillano Manuel Bellido, que este año se jubila tras 40 años informando de cine, buena parte de ellos en Canal Sur, cuya entrega fue uno de los momentos más emotivos de la gala; y en su apartado de Mejor Labor de Difusión del Cine en Andalucía fue para la Digitalizadora de la Memoria Colectiva, meritísimo empeño en recuperar las imágenes en movimiento de particulares del último medio siglo, para que no se pierdan los recuerdos de nuestra sociedad filmados en soportes perecederos; y el premio al Mejor Libro de Cine fue para Alberto Rodríguez, director de cine, de Luis Álvarez Borrero y Pedro Álvarez Molina, publicado en Ediciones Sílex.
Por último, la productora Mundoficción (representada por el actor y director Alfonso Sánchez, junto a Alberto López y otras personas de la empresa) recibió el Premio Industria-Cines de Andalucía, por su compromiso en la producción de cine andaluz con vocación de llegar al máximo número posible de espectadores.
El Premio ASECAN de Honor fue, tan merecidamente, para el actor malagueño Antonio de la Torre, uno de los grandes intérpretes españoles de nuestro siglo, ganador ya, entre otros muchos galardones, de 2 Goyas.
Entendemos que, tras la irrupción en el panorama audiovisual de la poderosa Academia de Cine de Andalucía y sus Premios Carmen, con los que era imposible competir, ASECAN consolida con esta tercera entrega en formato cena (a la manera en la que tradicionalmente se viene haciendo, por ejemplo, en los Globos de Oro) su lugar al sol dentro de la industria y la cultura cinematográfica y televisiva andaluza. Nuestras felicitaciones a su presidenta, Lourdes Palacios, a toda la directiva de la Asociación y al equipo que se ha encargado de la compleja tarea de organizar una gala de estas características, además con los menguados recursos económicos de los que se ha dispuesto.
Ilustración: Una imagen de la miniserie El hijo zurdo, creada por Rafael Cobos, ganadora de 3 Premios ASECAN.