Pelicula:

Rocío Mesa es una cineasta granadina (Las Gabias, 1983) que un buen día se lió la manta a la cabeza y, tras dejar su vida reglada y rutinaria en España, con su trabajo como periodista, se afincó en California e inició una carrera como programadora, productora y directora de cine. Fascinada por el documental de creación El cielo gira (2004), de Mercedes Álvarez, el cine que por ahora le conocemos no está lejos de ese concepto, desde su documental Orensanz (2013) hasta incluso esta ficción, Secaderos, que en buena medida tiene también mucho de documento, aunque se trate de un relato ficticio pero montado sobre piezas reales.

La historia se desarrolla en nuestros días, en la comarca de la Vega de Granada, en un contexto rural al que llega Vera, una niña de 8 años, con sus padres, a casa de los abuelos, que poseen una explotación de tabaco aunque están pensando seriamente en vender el negocio para jubilarse, ante las ofertas que tienen para construir viviendas en las tierras y los edificios llamados secaderos, donde ancestralmente se viene secando las hojas de tabaco para su posterior comercialización; también conoceremos a Nieves, adolescente rebelde, como todas las adolescentes, en una familia en la que también los padres poseen una explotación tabaquera y la crisis económica está golpeándolos con dureza, siendo tentados también para vender...

Secaderos se inscribe en ese nuevo tipo de cine español que busca un realismo basado en la gente corriente, en las cosas de siempre, un realismo que además se acerca cada vez más a la España profunda, la España rural, frecuentemente vaciada (aunque no es el caso aquí), una España que presenta evidentes contrastes con el cine urbano tan habitual en nuestro país hasta hace pocos años. Pero desde hace algún tiempo, en especial con mujeres a los mandos, el cine español está presentándonos películas incardinadas en el agro, generalmente con tonos realistas y casi naturalistas, también con frecuencia rodadas en las comunidades periféricas (Alcarràs, 20.000 especies de abejas, O corno, Creatura) y, en ocasiones, presenta aspectos mágicos, de un telurismo preñado de fantasía ancestral, como ocurre con El agua y también en el caso de este film, Secaderos.

Es interesante la mirada de doble sentido de la ciudad hacia el campo y viceversa, con la pequeña Vera, que vive habitualmente en Madrid, fascinada por un mundo nuevo del que no conoce nada y del que todo le gusta, y la adolescente Nieves, que vive allí y lo que está deseando es justo lo contrario, escapar de aquella que ve como una jaula que le impide ser libre. Esa doble visión está bien dada por Mesa, jugando con lo que es el punto de vista de cada uno de esos personajes principales. También es curiosa la aportación de un ser sobrenatural, una especie de criatura de tamaño descomunal, recubierta de hojas de tabaco, que, ciertamente, a ratos parece uno de los muñecos de Barrio Sésamo, tamaño XXL, pero que en general resulta agradable y curioso en su entendimiento y complicidad con los niños, que son los únicos que, en su inocencia e ingenuidad, son capaces de verle.

El film es también, en buena medida, un canto nostálgico hacia una forma de vida rural, en la que todo gira en torno a las tareas del campo, donde las cosechas y cuanto ello precisa se constituye en el centro y eje de la vida, dejando todo lo demás (a veces también las relaciones familiares...) de lado.

Hay mucho de costumbrismo rural, bien integrado en la historia, con un buen uso de los hermosos y peculiares paisajes campestres de la Vega granadina. Todo tiene un tono como menor, agradablemente modesto, con buena factura, atenta la directora al detalle, en un film en el que resulta fundamental el hecho de que los actores no sean tales, sino que son los propios miembros de las familias que representan, aunque, evidentemente, los hechos que se cuenten sí sean ficticios; pero dichos sus diálogos con sus propias palabras, sin textos aprendidos, resultan creíbles, aunque es cierto que algunos de ellos lo son más que otros, como por lo demás parece lógico.

También es justo decir, o así nos lo parece, que algunas escenas del guion, como toda la secuencia relativa a los “tripis” que se toman las adolescentes, en especial la escena de Nieves en blanco y negro cantando en plan musical, resultan chirriantes con el resto de la película y la hace irregular y no tan redonda como hubiera podido ser de mantener una unidad de estilo, una unidad temática y estética.

Con todo, estamos ante un film ciertamente meritorio, agradable y recomendable, que nos habla de una realidad, la rural, no por menos vista menos real, menos cierta, con algunos toques de fantasía mágica que, es verdad, están bien imbricados con el tono realista de la historia. Entendemos que Rocío Mesa puede dar mucho de sí en futuros empeños: sensibilidad y buena mano para poner en escena no le faltan...

(25-11-2023)


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98'

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Secaderos - by , Nov 24, 2023
2 / 5 stars
Cine realista con toque mágico