Enrique Colmena

En artículo anterior (para leerlo, pinche aquí) revisamos 7 de los títulos más señeros interpretados por la eminente Meryl Streep durante el siglo XX. En este segundo y último capítulo serán 8 los films que glosaremos, todos ellos rodados y estrenados en el presente siglo XXI (sí, ese que,  efectivamente, nos verá morir...).


Años cero

La primera de las grandes interpretaciones de Meryl de la centuria vigésimo primera es, a nuestro juicio, la que hizo en Las horas (2002), la sensible película que el británico Stephen Daldry filmó en torno al mundo de Virginia Woolf, con tres historias distintas, cada una de ellas ambientadas en un tiempo histórico diferente, cinta en la que Meryl Streep será, en nuestros días, la entregada amiga de un poeta enfermo terminal de sida (magnífico Ed Harris), mientras que Nicole Kidman (con notoria nariz postiza...) se metía en la piel de la propia Virginia, a principios del siglo XX, y Julianne Moore era una ama de casa de los años cincuenta con graves problemas para asumir su lesbianismo. Las tres estaban extraordinarias, en personajes tocados, en forma muy libre, por el espíritu de Mrs. Dalloway, la novela por excelencia de Woolf. Sorprendentemente, Meryl no fue nominada al Oscar, aunque sí Nicole, que lo consiguió, y Julianne, que se quedó en puertas con su nominación.

A veces a una película la hace mejor una interpretación: podemos convenir en que ese es el caso de El diablo viste de Prada (2006), la comedia de David Frankel sobre el mundo del periodismo especializado en moda, que encontró en Meryl Streep la actriz perfecta para encarnar el personaje de la carismática pero temible redactora-jefa de una revista ficticia que parece un compendio de las cabeceras míticas del sector, Vogue, Cosmopolitan o Vanity Fair, un personaje inspirado en cierta reinona, cierta diva real, al que la protagonista, una Anne Hathaway en modo mosquita muerta, tendrá que soportar con sus excentricidades y rigideces, en un film que se haría muy popular por mostrar las interioridades de un mudo generalmente poco conocido de puertas adentro. Nueva nominación al Oscar para Meryl y nueva sonrisita en pantalla cuando se lo llevó otra...

En Leones por corderos (2007), a las órdenes de Robert Redford como director, Meryl no abandona el oficio de periodista, pero en un campo muy distinto al anterior: aquí será una periodista política de alto nivel, de tendencias izquierdistas (todo lo izquierdista que se puede ser en USA, se entiende...), que entrevista a un joven “halcón” republicano, interpretado por Tom Cruise, en una de las últimas veces que el actor/estrella hizo un personaje ajeno al cine de acción.

Es de suponer que, cuando a Streep le ofrecieron interpretar el papel de la madre de la protagonista de la versión al cine del musical Mamma Mía! (2008), que dirigió Phyllida Lloyd, debió hacer palmas con las orejas, como se dice en mi tierra: y es que para una gran trágica como ella, hacer un personaje en una comedia musical, poder cantar y bailar (y eso que entonces ya estaba echándole mano a los sesenta años...), debía ser poco menos que un regalo. La experiencia se saldó con un nuevo personaje para su galería de roles, aquí la madre cuya hija casadera desconoce cuál es su padre y se propone conocerlo invitando a los tres novios que su progenitora (a la que lo de “monógama” le debía sonar a un simio emparejado con una cérvida...) tenía cuando ella fue concebida. A Meryl se la veía feliz cantando y bailando, así que este debió ser uno de esos papeles que podría haber hecho gratis (lo que, seguro, no fue el caso...).

Una de las virtudes que más se elogian en cualquier actor o actriz es, por supuesto, el camaleonismo, la capacidad de transformarse en personajes muy diversos; así, si en la anterior película Meryl era una madre de juventud rijosa, en La duda (2009) será una austera, estricta madre superiora de una orden religiosa, en un film que dirigió el dramaturgo John Patrick Shanley sobre su propia obra teatral, un denso drama ambientado en una congregación religiosa, con el fantasma de la pederastia recorriéndolo; Meryl estuvo excelentemente acompañada por algunos de los mejores intérpretes norteamericanos de este siglo, como el llorado Philip Seymour Hoffman, la gran Viola Davis y la estupenda y entonces todavía jovencísima (pero ya prometiendo tanto) Amy Adams, todos ellos, actores y actrices, incluida nuestra Meryl, nominados a los Oscars de aquel año, aunque todos se quedaron compuestos y sin estatuilla (esperemos que no fuera por el veto tácito impuesto a Streep por los miembros de la AMPAS...).


Años diez

Nuevo volantazo en el personaje para incorporar en La dama de hierro (2011) a la dama de hierro (parece una perogrullada, pero no lo es): Margaret Thatcher, uno de esos retos complicados y que se pueden convertir en objeto de burla si te pasas de rosca... Pero Meryl, como siempre, clavó el personaje, en una película de Phyllida Lloyd (sí, la misma directora de Mamma Mia!, ahora más en su salsa, en un tono bien distinto) que retrataba a uno de los personajes políticos más importantes del siglo XX, visto desde la mirada confusa y desvaída de una anciana baronesa Thatcher, con gran reparto acompañante: Jim Broadbent, Iain Glen, Olivia Colman, Richard E. Grant... Como a los de la Academia de Hollywood se les iba a caer la cara de vergüenza por nominar y no premiar de nuevo a Meryl, con un trabajo tan magnífico, esta vez sí que la eximia consiguió su Oscar, el tercero de su carrera.

Tracy Letts es un actor de cine no especialmente distinguido que hace años inició también una carrera como dramaturgo, y como tal tuvo notable éxito sobre las tablas con su drama sureño Agosto (2013), con el que consiguió el Pulitzer, cuya adaptación al cine haría el productor y neófito director John Wells, un denso drama con todo tipo de secretos más o menos inconfesables y que parecía ir como anillo al dedo a la gran trágica que ha sido y es Meryl Streep. Sin embargo, dejada de la mano de Dios por el trémulo director (que así se confesó ante el envite de dirigir a la gran actriz), Streep se pasó bastante en una interpretación histriónica y desmadrada, que traemos aquí precisamente para hacer ver que, en contra de lo que decía Baudelaire, no se puede ser sublime sin interrupción... Eso sí, su personaje, una materfamilias con mando en plaza y con una capacidad innata para atemorizar y empequeñecer a todo quisque, gustó mucho en el asilo de ancianos también conocido como Academia de Hollywood, así que la nominaron al Oscar, como también a Julia Roberts, quedándose ambas sin estatuilla (Julia también tiene ya la suya, por Erin Brockcovich); es verdad que el reparto, aparte de las dos divas citadas, era de toma pan y moja: Sam Shepard, Chris Cooper, Benedict Cumberbatch, Ewan McGregor...

La última película a la que nos referiremos en este repaso de 15 de los films más significativos de Meryl Streep será Los archivos del Pentágono (2017), una de esas películas que les gusta tanto a los norteamericanos políticamente más abiertos, a vueltas con la libertad de prensa, en un film dirigido por Steven Spielberg sobre un caso verídico, la filtración en 1971 al Washington Post de una información que venía a decir que el gobierno USA sabía desde años atrás que la guerra de Vietnam era imposible ganarla, a pesar de lo cual continuó con su política triunfalista y mandando soldaditos al matadero. Sobre el dilema, entre lo político, lo ético y lo económico, que se suscita sobre la publicación, o no, de un material casi literalmente explosivo, pivota este denso drama que a ratos resulta demasiado críptico, demasiado abstruso, demasiado para conocedores profundos de la política y el periodismo norteamericanos. Streep hace de la editora del Post, y lo hace con su solvencia habitual, aquí con la réplica de otro de los grandes actores del último medio siglo en Estados Unidos, Tom Hanks, que interpreta al director del famoso periódico; ambos personajes reales, por cierto, estarían también plenamente implicados en un caso periodístico posterior, de consecuencias de enorme relevancia, nada menos que el Watergate y la consiguiente dimisión del presidente Nixon que el descubrimiento de aquel escándalo conllevó. Meryl obtendría su vigésimo primera nominación al Oscar, la última recibida a la fecha en la que se escribe este texto (octubre de 2023), nominación que, como otras 18, se quedó solo en eso...

Con 74 años cumplidos y en buena forma física y mental, como felizmente pudimos comprobar en su estancia en Oviedo para recoger el Premio Princesa de Asturias, esperamos todavía muchas y muy buenas interpretaciones de la reina de Hollywood... Ojalá sea así, porque el cine, el audiovisual, no se puede permitir prescindir de una de las verdaderamente grandes actrices del cine mundial, cuando todavía está en plenitud de facultades: ¡larga vida a la reina, digo a Meryl Streep!


Películas citadas disponibles en plataformas:
-Las horas: HBO Max, Apple TV, Prime Video, Rakuten
-El diablo viste de Prada: Disney+, Apple TV, Prime Video, Movistar+, Google Play Movies, Microsoft Store.
-Leones por corderos: Filmin, Apple TV, Rakuten, Prime Video
-Mamma Mia!: Netflix, Prime Video, Movistar+, SkyShowTime, Apple TV, Rakuten, Google Play Movies.
-La duda: SkyShowTime, Apple TV, Prime Video, Rakuten, Google Play Movies
-La dama de hierro: Filmin, Apple TV
-Agosto: Filmin, Movistar+, Google Play Movies
-Los archivos del Pentágono: Filmin, HBO Max, Movistar+, Apple TV, Rakuten, Google Play Movies


Ilustración: Meryl Streep, caracterizada como Margaret Thatcher, en La dama de hierro (2011), de Phyllida Lloyd.