Rafael Utrera Macías

Más allá de su filmografía, Bardem dirigió para Televisión Española un capítulo, Jarabo, perteneciente a “La huella del crimen”, y dos series, Lorca: Muerte de un poeta (1987) y El joven Picasso (1993).

Ofrecemos al lector una entrevista con el director, celebrada el 7 diciembre 1986, cuando la serie Lorca: Muerte de un poeta estaba en postproducción. Preparábamos entonces un trabajo dedicado a Lorca y el Cine y, al no estar estrenada la serie, quisimos anticipar, de primera mano, a nuestros lectores, cuestiones relativas a sus planteamientos literarios/cinematográficos. La gentileza del director, Juan A. Bardem, permitió una conversación donde daba cuenta de las cuestiones más importantes de la serie. Para facilitar su lectura, hemos suprimido tanto las preguntas correspondientes como las intervenciones del entrevistador, al tiempo que se ha mantenido el tono conversacional del entrevistado.


Proyecto

-Este proyecto nace, exactamente, en 1979 por la conjunción de dos voluntades: la de Ian  Gibson y la mía. Es decir, yo estaba fermentando la idea de hacer algo sobre García Lorca; había leído las cosas de Gibson, “Muerte de Lorca”, en inglés, y la traducción publicada por “Ruedo Ibérico”. Nos presentó José Ángel Ezcurra porque Gibson colaboraba entonces en la revista “Triunfo” y decidimos hacer eso. Hubo el equívoco de que yo pensaba que viniendo él de los países anglosajones traía el dinero y él pensaba que el dinero lo traía yo. Busqué el dinero necesario para el proyecto, sin el cual nada es posible. Debo decir que, en ese momento, los compañeros del cine soviético me habían propuesto que yo hiciese una película allí -la que yo quisiera-, con todos los medios; es esa broma que habré repetido a los periodistas: antes de morirme yo querría hacer una película donde pudiese decir:  “A ver, esos cien mil que están a la derecha, que se muevan un poco”.

Entonces, ellos me propusieron hacer “Fuente Ovejuna” allí. Les dije que, si me daban el dinero, la haría en Jaén o Córdoba. Total, que, al final, les propuse hacer dos cosas: una, Lorca; y otra, el tema de los niños del 36, los acogidos en la Unión Soviética. Nos pusimos a trabajar en ellos; era lógico que yo rodase parte del film en España, en Granada, pero ya no era soviética sino una coproducción; mi misión consistía en buscar el dinero español; lo triste es que, en España, no se interesó absolutamente nadie por el tema; no encontré ningún eco para obtener la parte alícuota de la coproducción; originariamente no era más que contar el último mes de la vida de Federico. Tuve que parar el proyecto porque, entonces, la cinematografía búlgara me hizo el gran honor de ofrecerme hacer una película sobre algunos aspectos de la biografía de su héroe nacional, Dimitrov, La advertencia, producción búlgara-soviética-húngara. Ya, en el 82, se llegó a un acuerdo entre la cinematografía soviética, cinematografía de estado, el cine mexicano, cinematografía de estado, y un productor español, Samuel Menkes, de “Acción films”, que estaba de alguna manera ligado a la cinematografía mexicana. En el verano del 82 elaboré el primer guion; luego ocurrió que (para dar cuenta cabal de ello, yo siempre cito la frase del humorista Eugenio: “era tan desgraciado, que se sentó en un pajar y se le clavó la aguja”) en noviembre del 82, el estado mexicano se arruinó; hubo que buscar la financiación y volvimos a firmar al año siguiente un acuerdo para hacer una coproducción hispano-soviética; contactamos con Televisión Española y obtuvimos los derechos de antena. Televisión Española quiso que ampliáramos el proyecto: la vida de Federico contada en una serie de cuatro episodios; los tres primeros, de una hora, y, el último, de casi dos, más una película, como si fuera el último episodio con unos añadidos.  Es una producción asociada; empezamos a filmar el 7 de julio y terminamos el 22 o 23 de noviembre (de 1986).


Guion

-Interesaba contarlo todo. Ahora, en la serie, se explica todo. Me sirvo de material documental en algunos casos porque no puedo filmar, por ejemplo, la proclamación de la República y, ese material, urdimbre histórica en la que se mueve el personaje…; todo lo demás ha habido que reconstruirlo. No, la historia no se cuenta linealmente; hay marchas atrás. Siempre se empieza por el final y se vuelve a los principios.

El primer episodio va desde el nacimiento -1903-1919-; el segundo, “la estancia” en La Residencia de Estudiantes -1919-1927-, viaje a Sevilla, cuando es uno de los “siete del 27”; el tercero, desde 1927 a 1936; el último es la muerte. Hay una diferencia entre el modo temporal del seguimiento de los capítulos: en los tres primeros, cada uno abarca nueve años y el otro abarca un mes nada más. Gibson suministra la base histórica del guion. Hay también participación de Mario Camus. Hemos tardado veintiuna semanas en hacerlo.


Protagonista

-Uno de los problemas fundamentales, disponible ya el dinero, era encontrar protagonista. Me costó mucho trabajo; finalmente, encontré una solución que para mí es la correcta. Mucha gente se ha sorprendido de que sea un actor británico. Para mí, lo fundamental en la elección del actor era: a) que fuese profesional; b) que tuviese la máxima similitud física con Federico tanto en su efigie como en sus características biológicas, tamaño, etc.; pensé en otras soluciones: encontrar varios “federicos” que cubrieran una zona de edad determinada; opté por la solución convencional que se usa siempre: que cubriese siempre toda la vida el mismo actor; c) que tuviese carisma, capacidad de seducción, simpatía, extroversión; es evidente que el actor que lo hace, lo tiene o no lo tiene; no se le puede obligar a serlo; tuvimos la gran fortuna de encontrar a Nickolas Grace, que interpretaba un papel en la serie inglesa “Retorno a Brideshead”, donde hacía de un estudiante muy sofisticado. La “parte oscura”, que dice la gente, se trata en la película con rigor. Uno de los problemas que tenía era que, una cosa era hablar de Federico y, otra, es “verlo”; lo publiqué en la prensa solicitando intérpretes para Federico. De todas las fotos, hice criba y unas pruebas en vídeo. Llegué a la conclusión de que ya no encontraba en España al actor y tengo el conocimiento de que no existe, desde mi punto de vista, claro. Tras un viaje a Londres, desde el momento en que le conocí, les dije a mis colaboradores: “la película está hecha”. Deposité en él toda mi confianza y no me ha defraudado; ha sabido profundizar en el personaje de Federico y tiene esa simpatía que se supone que tenía Federico; se ha hecho dueño de todo el mundo del equipo.

 
Obra

-Sí, la obra de Federico está representada de alguna manera, porque hay una prospección. Yo no soy un ensayista, ni literario ni poético. Esto es una película en la que se trata con rigor la trayectoria poética de Federico apoyado en tres puntos: el triunvirato compuesto por él, Buñuel y Dalí. Intento que en la película se vea, cómo él, de su propia sustancia, consigue la renovación de su estilo poético, es decir fue fundamental para Federico el que, libro tan exitoso como “Romancero gitano”, no tuviese más que críticas demoledoras por parte de sus amigos, que le  afectaron seriamente. En la película se tiene que ver cómo él hace evolucionar su poesía desde una zona determinada a otra mucho más excelsa sin buscar ninguna imitación y, desde su propia sustancia, elabora esa nueva forma poética que llega a su culminación en “Poeta en Nueva York” o en el “Llanto”. Hay dos pilares fundamentales que aparecen -uno que se menciona y dos que se ven físicamente-: Rubén Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. Yo he disfrutado mucho reviviendo esas épocas y buscando actores que fueran parecidos a los del 27: Salinas, Guillén, Dámaso Alonso, Bergamín; haciendo la reconstrucción del Ateneo de Sevilla en el 27, la reconstrucción de la Residencia de Estudiantes, o de “La Barraca”. Hemos reproducido esos materiales cinematográficos que estaban filmados por Gonzalo Menéndez Pidal y que aparecen en “La guerra civil”, de H. Thomas, que es la representación del auto sacramental “La vida es sueño”, y Federico haciendo la Sombra y el Guiñol del día de Reyes, el concurso del Cante jondo…

Ilustración: Una imagen de Juan Antonio Bardem.

Próximo capítulo: Juan Antonio Bardem. En el centenario de su nacimiento (y V). Lorca, muerte de un poeta, serie de TVE