Alba de América

A principios de los años cincuenta el régimen franquista promueve una especie de desagravio contra la película americana Christopher Columbus, que había dirigido en 1949 David MacDonald, con Fredric March como el conquistador; este filme, a juicio de los nacionalcatolicistas por aquel entonces en el poder, suponía una afrenta a la hazaña colombina, y de paso, una prolongación en celuloide de la leyenda negra hispana.

De poner en imágenes tal desagravio se ocupó Juan de Orduña, quien escribió también el guión técnico de esta Alba de América, muy en línea con otros dramones históricos también perpetrados por él, como Locura de amor y La Leona de Castilla.

Por supuesto que la película es una tropelía pseudohistórica, en la que prima mucho más el carácter grandilocuente y hueco de sus hacedores que los hechos verdaderamente históricos: evidentemente, no se trataba de que la verdad resplandeciera, sino de hacer propaganda del régimen.

Lo mejor es, sin duda, la interpretación de la estupenda Amparo Rivelles, que hace una espléndida reina Isabel de Castilla.