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La serie completa de Harry Potter en cine, con sus ocho films (la última novela se desdobló para la gran pantalla en dos películas) ha recaudado en las salas de todo el mundo la bonita cifra de 7797 millones de dólares, una fruslería... Como cabía esperar, ese filón no se podía abandonar y la propia J.K. Rowling se puso a los mandos, como productora, de un “spin-off” iniciado con Animales fantásticos y donde encontrarlos (2016), que daba un salto atrás, hasta los procelosos años veinte del siglo XX (sí, estos años veinte del siglo XXI también están siendo procelosos, sí...). Rowling, la autora de la saga literaria del niño mago con gafitas redondas, ya había actuado como productora en los dos últimos capítulos cinematográficos de la saga, pero con esta nueva serie ya está actuando como tal desde el principio, interviniendo también en los guiones y, en definitiva, actuando como comandante en jefa, si se nos permite la expresión de corte militar.

Esta Animales fantásticos. Los secretos de Dumbledore es la tercera entrega de la nueva saga, tras la primera, ya citada, y su continuación, Animales fantásticos. Los crímenes de Grindelwald (2018). Ahora encontramos a Newt Scamander intentando salvar al cachorro de un animal mágico que es capaz de ver la bondad de las personas, y que podría ser clave para la elección del nuevo líder de los magos que tendrá lugar en fechas próximas. Pero, tras nacer el cachorro, un grupo de brujos enviados por el malvado Grindelwald deja moribunda a la madre y consigue hacerse con el pequeño. Sin embargo, cuando Newt logra volver a donde agoniza la madre, descubre que ésta ha tenido gemelos, llevándose a esa nueva cría. Ya en la ciudad, Dumbledore encomienda a Scamander, su hermano Theseus, el panadero “muggle” Kowalski y algunos magos más para que, sin saber unos los movimientos de otros (la captura del cachorrito por parte de Grindelwald le permite a éste vislumbrar fragmentos del futuro), se conjuren para evitar que el mago maléfico llegue a la cúspide del poder, como es su intención, y desate una guerra de exterminio contra los no-magos...

Lo cierto es que la nueva franquicia rowlingiana resulta entretenida pero poco más. Aunque las pelis de Harry Potter estaban todas en torno a las dos horas y media, el mantenimiento de ese estándar de duración en esta nueva saga se nos antoja exagerada, dando la impresión de que, con frecuencia, se opta por el relleno argumental para alcanzar ese metraje, con escenas alargadas (y pésimamente montadas, sí...) como la que tiene lugar en la prisión donde Newt entra para rescatar a su hermano Theseus, y otras, en especial casi todas las que tienen al panadero “muggle” como protagonista, que buscan una cierta comicidad que rechina un tanto en este lóbrego cuento oscuro que no deja de ser la serie de Animales fantásticos. Tampoco es ya novedad el hecho de presentar en pantalla personajes homosexuales, como es el caso de Dumbledore y Grindelwald, porque esa antigua relación juvenil de ambos ya había aparecido en anteriores entregas.

Queda, eso sí, una interesante aproximación a un fenómeno de nuestro tiempo (tampoco es nuevo, es cierto...), el del peligro de que los populismos lleguen al poder y arrasen con la democracia; el tiempo cronológico en el que se desarrolla la historia, por atrezzo y ambientación en torno a los años treinta del pasado siglo XX, remite también a la irresistible ascensión del nazismo, aquí incluso con símbolos que, remotamente, recuerdan la esvástica, y con iconografías que remiten, también vagamente, a ese movimiento feroz que provocó una de las mayores catástrofes de la Humanidad, y que en este nuevo siglo XXI parece querer revivir, con otros ropajes supuestamente democráticos, para hacer lo mismo.

Pero nos parece que, siendo esos temas interesantes, no están dados con solvencia por parte del realizador, David Yates, convertido ya, desde el quinto capítulo de la serie Harry Potter, en el director “de cámara” de las sagas rowlingianas. Yates es un cineasta profesionalmente solvente pero nada personal, y sus películas se parecen unas a otras de forma más bien lamentable. A veces resulta llamativamente torpe, como en la mentada secuencia de la prisión, donde el montaje se convierte en una tortura para el espectador que no puede seguir ni medianamente bien las peripecias de los dos magos en esa especie de círculo del infierno del Dante que acoge (por decirlo de alguna manera...) las infectas mazmorras de los allí prisioneros. En otras, sin embargo, apunta maneras de cineasta de clase, como en la cena para los magos en la que Kowalski es falsamente acusado de intentar matar a Grindelwald (porque el “muggle”, evidentemente, carece de poder para utilizar la varita de atrezo que le han regalado), realizada con solvencia visual y buen sentido fílmico. Sin embargo, la última y larguísima secuencia en Bután, en la que se produce el desenlace del film, nos parece acartonada y sin ligereza, narrativamente pesada y no precisamente bien planificada ni montada, lo que, en un “blockbuster” como este, con un ejército de técnicos de primera línea detrás, es lo más parecido a un pecado capital.

El conjunto, como decimos, se nos antoja irregular, al margen de que sea, en general, agradable de ver, sobre todo por esa denuncia del populismo rampante y sus mentiras, manipulando esa rara capacidad del ser humano para creerse los embustes más evidentes que alimentan un odio irracional hacia el prójimo, un odio que, parece obvio, procede de cuando, todavía recién bajados de los árboles, nos agrupábamos en comunidades tribales y los de la tribu vecina eran nuestros mayores enemigos.

En el reparto Jude Law compone un apreciable Dumbledore maduro (por contraposición con el anciano que encarnaron Richard Harris y Michael Gambon en la saga de Harry Potter), mientras que Mads Mikkelsen, que ya sabíamos que tiene un lado oscuro más que interesante, sustituye a Johnny Depp como Grindelwald, una vez que éste debió dejar la saga tras las denuncias de malos tratos conyugales por parte de su esposa. Eddie Redmayne vuelve a ser Newt Scamander, el protagonista de la nueva franquicia, en un personaje balbuciente e inseguro que a algunos nos pone de los nervios...

(09-04-2022)


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142'

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Animales fantásticos. Los secretos de Dumbledore - by , Apr 09, 2022
1 / 5 stars
El ascenso de los populismos según J.K. Rowling