Pelicula:

Tenemos escrito que los cineastas con personalidad de autor no son los ideales para rodar cine de género. Aquí tenemos una nueva prueba. Christopher Nolan, el exquisito director inglés que ha convulsionado la sintaxis cinematográfica en el siglo XXI con su espléndida Memento, no era la persona adecuada para poner en pie el quinto título de la saga de Batman, ahora retrocediendo hasta el principio de los tiempos, coincidiendo con ello, curiosamente, con el episodio III de Star Wars...


Pero el comienzo de este Batman begins es bostezante, con un protagonista zarandeado por sus trágicos recuerdos y sus miedos infantiles, que no termina de crecer y sigue una senda de autodestrucción de la que parece salvarle una especie de secta justiciera, de la que se separará abruptamente para volver a su querida Gotham (esa idealizada Nueva York que imaginó para su héroe el dibujante Bob Kane) y allí iniciar su carrera como desfacedor de entuertos envuelto en un disfraz como de carnaval.


Es curioso porque hay en esta precuela de Batman una cierta lectura liberal, con una ciudad corrompida, un magnate misericordioso (el padre del protagonista, que muere de tan bueno y noble que es) que se vuelca en los desheredados de la fortuna, en lo que parece una reedición actualizada del Crack del 29 y la posterior política del New Deal de Rosevelt, y una redención a través de la justicia. Claro que, estando Nolan de por medio, ni aunque estemos ante un filme comercial podía faltar el recurso a la memoria, eje central de sus anteriores Memento e Insomnio. Aquí será el lacerante recuerdo de la sangrienta muerte de sus padres y el pavor a los murciélagos el que atormentará a Bruce Wayne hasta que descubra que su vocación es ponerse leotardos, aunque no para cantar en playback en un antro de "drag queens", sino para salvar al mundo (o a su amada, que para él viene a ser lo mismo...).


Sin reproche alguno en cuanto a los efectos especiales, en los que el cine comercial USA es maestro, el problema de Batman begins está en su dicotomía entre cierto cine intelectual y maduro y las generosas dosis de acción que reclaman los fans de la serie. Por cierto que Nolan opta, en esas escenas de acción, por la lamentable moda actual de fragmentar las luchas en incontables planos que se acumulan sin que el espectador tenga prácticamente capacidad para discernir lo que está viendo: a la acción por el aturdimiento, parece la consigna, que en este caso, dado que Nolan no es precisamente un adicto al género, podría considerarse como una forma displicente de despachar esa parte del filme, que es la que menos le interesa. Pero es una postura algo suicida, aunque si atendemos a las recaudaciones, parece que Warner conseguirá llenarse los bolsillos, de nuevo (bueno, no tan de nuevo: Batman & Robin, la puesta de largo filogay del Hombre Murciélago y su amado efebo Robin, se saldó con un fracaso comercial de aupa...).



Batman begins - by , Sep 17, 2016
2 / 5 stars
Un cómic "de autor"