Pelicula:

Lo siento, pero no coincido con el entusiasmo que ha concitado entre bastante personal de la crítica esta dramedia en clave entre musical y romántica. No le quito méritos a la historia, la de dos (semi)perdedores, una que no ha llegado aún a nada y otro que ha dejado de ser todo, cada uno a su manera náufrago de la vida. Ella, abandonada por su novio cuando éste llega a la cima del éxito y se siente atraído por otros cantos de sirena. Él, cuando su vida se ha desmoronado al ser traicionado, a su vez, por su mujer, y cuya existencia se centra absolutamente en su hija adolescente, con un simulacro de supervivencia que incluye un kit de cuasi indigente, un zarrapastroso apartamento de la señorita Pepis y la no tan plausible intención de encadenar una borrachera tras otra; vamos, como si fuera el Nicolas Cage de Leaving Las Vegas, pero sin la trágica determinación de irse al otro barrio a base de alcohol.


Estos dos desventurados se encontrarán y, quizá contra todo pronóstico, trabarán algo parecido al amor, aunque nunca lleguen a mayores. En esa relación florecerá, sin embargo, una nueva forma de hacer música, grabándola en espacios exteriores cada vez más peculiares, incluyendo una terraza desde la que se ve, en todo su esplendor, el Empire State Building, cada vez más, de nuevo, el icono neoyorquino por antonomasia, caídas, tan trágicamente, las Torres Gemelas.


Pero una cosa son las buenas intenciones (y de esa historia parece que se podía sacar una buena película), y otra su plasmación. John Carney, a la vez guionista, no ha estado fino a la hora de filmar: por de pronto, el propio guión realiza excursos que nada aportan a la trama central, como el papel de Pigmalión que se le endosa a la protagonista con respecto a la hija adolescente de su ¿amigo, amado? Tampoco la aparición de un rico rapero negro tan ancho como alto, con su amistad a muerte con el protagonista, suena a verdadera, sino a postizo incorporado para dar realce al chico y que parezca mejor de lo que es.


Es cierto que hay escenas hermosas, como la inicial, con Keira Apellidoimposible cantando y tocando la guitarra en un tugurio, una canción hermosa con una performance sencilla pero cercana en un sitio infecto; en general los números musicales están bien montados, pero las secuencias de dramedia resultan inferiores, como si Carney no terminara de creerse su historia y sus personajes no fueran de carne y hueso sino más bien de cartón piedra.


Y eso que Carney tenía como antecedente la estimulante Once, producida y filmada en su Irlanda de origen, curiosamente también con dos corazones malheridos y con la música como tema recurrente. Pero está claro que los mismos ingredientes se pueden mezclar de diversas formas, y en este caso Begin again, sin ser una película despreciable, que no lo es, no alcanza el nivel del citado título, mucho más modesto económicamente pero con más interés artístico.


Keira Knightley, como siempre, es una presencia que fascina, por más que como actriz sea evidentemente limitada. Mark Ruffalo siempre nos pareció un actor bastante endeble, y aquí lo demuestra sobradamente. Entre los secundarios citaremos al cantante Adam Levine, líder del grupo Maroon 5, que afortunadamente canta mucho mejor que actúa…


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104'

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Begin again - by , Aug 14, 2014
2 / 5 stars
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