He aquí una notable comedia debida a la mano maestra de Billy Wilder, un cineasta inteligente y perspicaz, capaz tanto de realizar melodramas judiciales como Testigo de cargo como dramas nostálgicos como Sunset Boulevard (El crepúsculo de los dioses fue su título en España), o incluso melodramas sobre la dependencia del alcohol, como la espléndida Días sin huella, aunque en verdad donde brilló rutilantemente fue en el difícil género de la comedia.
Un famoso cantante viaje a California. En el camino se detiene en un pequeño pueblo, en el que será reconocido por dos compositores, que insisten para que les cante unas canciones... Estamos ante una muy divertida comedia de enredo, en el que se sucederán las infidelidades, en la mejor tradición cáustica wilderiana.
Lástima que al frente del reparto aparezca el imposible Dean Martin, un excelente cantante melódico pero negado para la interpretación, que se dio a conocer internacionalmente en el cine como pareja de Jerry Lewis, en toda una serie de comedias que ambos interpretaron durante la década de los cincuenta. De todas formas, la gran dirección de actores de Wilder consiguió que Martin estuviera entonado en esta deliciosa cinta. Junto a él, la espléndida belleza de Kim Novak, una mujer que hizo sus mejores papeles a las órdenes de Richard Quine en Me enamoré de una bruja, y, sobre todo, de Alfred Hitchcock, en la magistral, inolvidable Vértigo.
(09-10-2011)
125'