CRITICALIA CLÁSICOS
Esta película está disponible en el catálogo de Filmin.
Para que "el público no se deje coger en la trampa histórica, inexistente aquí", François Truffaut ha prescindido en el título de su film Diario íntimo de Adèle H ("L'histoire d'Adèle H".) de un apellido ilustre en las letras francesas: Hugo. Adèle fue la segunda hija de Víctor Hugo; ambos vivieron el exilio tras el golpe de estado de Napoleón III y ella fue encargada de dirigir en Guernesey, “Le journal de l’exil”.
El realizador, en su película, parte de una probable amistad entre su hija y un teniente inglés, asistente a las sesiones organizadas por el escritor. El pleno desarrollo del film se centra en el personaje femenino y en la "persecución" a que somete a su prometido. Si en anteriores obras, el cineasta presentó el "ménage à trois” (Jules et Jim, Las dos inglesas y el continente), esta narración ofrece el tema del amor único, amor no correspondido, afanosamente buscado; una mujer, por encima de todo condicionamiento social, acosa al hombre que ama apasionadamente para llevarlo, forzadamente, al matrimonio; en este sentido, la búsqueda del varón como complemento necesario y razón de vida, vendría a ser el prólogo a la puesta en cuestión de ese estado, primero asumido y luego superado, donde la lírica de sentimientos precede a un realismo descarnado que incluye situaciones tanto folletinescas como melodramáticas.
A pesar de todo, en la vida real, Adèle Hugo representaría un papel algo más tímido -pero no menos apasionado- del vivido por George Sand. Truffaut ha recreado en su film una estampa viva de lo que en su siglo y, sobre todo, desde perspectivas literarias, se entiende por “romanticismo": soledad y pasión, fatalismo, desprecio del famoso apellido con evidente deseo de perderse en el anonimato, locura final por los intentos de conseguir su única idea, su buscado sentimiento.
La fotografía del maestro Néstor Almendros ha plasmado el ambiente pasional y el clima de insatisfacciones personales; pero Adèle H es ante todo una actriz, Isabelle Adjani, con su físico (emula la belleza femenina de la pintura clásica italiana y hace frente a la homologada en nuestro siglo) y su interpretación vive lo inusual de la mujer decimonónica, contenida en unos modos de vida concretos. Respecto a los códigos establecidos por la literatura del XIX, Truffaut subvierte el discurso: presenta el "héroe" como pasivo y "a la heroína" como activa; en ésta deposita el misterio, la pasión fatal y la despoja de dulzura e inocencia como únicos atributos positivos; el destino que conlleva es aciago en su presente y lo será en el futuro, aunque lo diabólico y lo angélico se mezclen en extraño combinado. La búsqueda del amor, la imposibilidad de su cumplimiento, se han realizado a través de la libertad, de su libertad. El arquetipo romántico de la mujer, "ángel de luz", ha sido en esta ocasión completamente superado.
96'