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Daniel Calparsoro fue la gran esperanza blanca del cine español de los años noventa. Su debut en el largometraje con Salto al vacío (1995) fue saludada como una de las más apreciables apuestas de la cinematografía hispana del año, y parecía que había en él un firme valor para un género, el thriller irisado de drama, que en España tiene una tradición no demasiado numerosa pero sí significativa. Sin embargo, con el paso del tiempo, Calparsoro no ha justificado aquellas iniciales esperanzas. Films como A ciegas (1997), Guerreros (2002), Invasor (2012), Combustión (2013) o Cien años de perdón (2016), no han supuesto el salto de calidad que se esperaba de él.

Su cine resulta generalmente tosco, desaliñado, con poca clase. Tiene escaso sentido cinematográfico (justo lo contrario de lo que parecía con Salto al vacío: ahí estuvimos todos más bien miopes...), y sus films, aunque buscan la tensión, no suelen conseguirla, o si lo hacen, es a base de trampas de mal director.

El aviso es otra nueva muestra de los defectos de Calparsoro. La acción se inicia en 2008, cuando dos amigos, Jon y David, paran en una estación de servicio para comprar hielo; David le confía a su amigo que va a pedir matrimonio a su novia, Andrea, en un viaje que tiene preparado a París. Pero en la gasolinera David es víctima de un tiroteo entre dos individuos, y queda en coma. Jon se entera por casualidad de que en el mismo lugar, varios decenios antes, había habido otro suceso sangriento, y que, sorprendentemente, la edad de las personas implicadas era la misma de las del tiroteo en el que estuvo involucrado su amigo... Diez años más tarde, casi en las mismas fechas, un chico que va a cumplir diez años sufre acoso escolar por la típica panda de adolescentes encanallados...

El aviso parte de la novela homónima del joven escritor madrileño Paul Pen, una de las nuevas esperanzas (la cosa va de esperanzas...) de la narrativa española. Pero ni Calparsoro en la dirección, ni el guion de Patxi Amezcua y Jorge Guerricaechevarría, consiguen trascender el texto de Pen para hacerlo más cinematográfico. La realización es efectista, recurriendo a viejos trucos del cine de terror psicológico; la historia, en su doble línea argumental en dos períodos distintos, que lógicamente convergerán en algún momento (otra cosa sería impensable, dado el trazado del guion), lo hacen de una forma chapucera, en una escena de la que el Brian de Palma de Carrie o Vestida para matar habría sacado petróleo, pero que aquí es un desastre de planificación, de concreción, de filmación.

Y además Calparsoro como director de actores y actrices es catastrófico, consiguiendo la rara proeza de que incluso intérpretes tan seguros como Raúl Arévalo o Aura Garrido estén de pena. Por otro lado, Belén Cuesta se demuestra un error de casting de libro. La sevillana es una estupenda actriz cómica, pero en el drama, al menos en este caso, se le aprecia como gallina en corral ajeno, por decirlo de una forma un tanto vulgar pero muy clara.

La historia, alambicada, y que busca jugar con la numerología que todo lo explicaría (hasta el nombre de Dios, dicen los estudiosos del Talmud, qué tíos...), aplicada en este caso, en una secuencia más o menos diabólica, a un lugar concreto, un inicial asesinato alevoso, una repetición “ad infinitum” de las mismas pautas matemáticas, podría haber funcionado en otras manos menos pencas que las de Calparsoro. Tenemos la mejor de las intenciones siempre para con el cine español; pero cuando se yerra, no se puede mirar para otro lado como si no pasara nada. Lo contrario sería enaltecer a quien no lo merece, dar cuerda a quien, parece evidente, no está precisamente dotado para hacer (buen) cine: es el caso.


El aviso - by , Apr 25, 2019
1 / 5 stars
Asesinando por números