Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS


Esta película está disponible en el catálogo de FlixOlé.


Edgar Neville, conde de Berlanga de Duero, fue uno de los creadores más interesantes del cine y el teatro español de los primeros sesenta años del siglo XX. Sus películas fueron de lo más interesante que dio el cine producido durante el franquismo, con títulos tan notables como La torre de los siete jorobados (1944), La vida en un hilo (1945), Nada (1947), sobre la novela homónima de Carmen Laforet, Duende y misterio del flamenco (1952), El baile (1959) y Mi calle (1960), entre otras, conformando una filmografía ciertamente muy estimulante.

El crimen de la calle de Bordadores es otra de sus interesantes películas; Neville, autor también del guion, se inspiró en un famoso asesinato ocurrido a finales del siglo XIX en Madrid, que tuvo gran repercusión en su época, siendo conocido como “el crimen de la calle de Fuencarral”. Por motivos de producción se cambió la calle a la de Bordadores, aunque la historia también cambió sustancialmente, para darle un tono más ameno e imprimirle tensión argumental. El film nos narra el crimen acontecido en la calle del título, donde doña Mariana, una mujer de mediana edad, perteneciente a la acaudalada burguesía madrileña, aparece muerta en su vivienda. Hay dos sospechosos, Miguel, el buscavidas que la cortejaba y le sacaba los cuartos, y la criada, Petra. A lo largo de la película iremos viendo en flashbacks que hay otra posible implicada, Lola la Billetera, que tuvo cierta relación con Miguel, pero también descubriremos un impensable vínculo de la chica con Petra...

La historia comienza siendo contada con aleluyas por un trovador callejero, a la manera clásica, dándole con ello un tono como de leyenda o fantasía (de hecho, el crimen auténtico de la calle Fuencarral fue mucho más sórdido que el aquí narrado). Como corresponde al Madrid de finales del siglo XIX, hay un tono chulapo, un poco “azarzuelado”, que conviene bien a la trama, en la que en la primera parte predominan las claves de comedia, aunque en toda la segunda mitad prevalecen los elementos de thriller y melodrama, que son los que finalmente le otorgan carta de naturaleza. Hay una interesante pintura costumbrista de la época, algo muy del agrado de Neville, que gustaba de retratar costumbres, modos y modas de los tiempos históricos en los que situaba sus películas.

Hay también una crítica sarcástica sobre la prensa sensacionalista que se inventa las noticias, intentando sacar partido a la división de los madrileños en varios bandos, según quien le pareciera inocente o culpable de los distintos sospechosos. Esa división, en el auténtico crimen de Fuencarral, cobró hitos históricos, casi de la polarización que años más tarde tendría lugar con los partidarios de los toreros Joselito y Belmonte, en los primeros años del siglo XX.

Llama la atención, por ser poco frecuente en el cine de la época, la aparición del personaje del crápula sin escrúpulos, el llamado Miguel, un vivalavirgen que vive de las mujeres ya talluditas a las que embauca con su labia y su palmito, sacándole el dinero para gastárselo en francachelas con amigos y otras féminas de buen ver.

Con una buena ambientación (aunque es cierto que a veces algunas maquetas de las fachadas chirrían...), en el debe de El crimen de la calle de Bordadores habría que apuntar un excesivo recurso al flamenco como relleno, con varios cantes que se nos dan enteritos, sin ahorrarnos ni un "quejío", no siendo este su tema ni viniendo mayormente a cuento, más allá de que algunas de las escenas tengan lugar en cafés cantantes, locales donde se servían bebidas a la par que se ofrecían espectáculos musicales en directo. Pero el conjunto del film es sólido, una intriga judicial pespunteada de elementos melodramáticos y a veces cómicos que se sigue con atención, con un guion bien construido y personajes creíbles y que saben a reales.

Buen trabajo de Manuel Luna como el tenorio de baja estofa que vivía, literalmente, de las mujeres; Mary Delgado, que interpreta a La Billetera, resulta convincente y moderadamente erótica (para la época, se entiende: muy llamativa es la escena en la que los viejos verdes del juzgado, con sus togas y puñetas, se embelesan con el “strip-tease” oral que les regala involuntariamente la bella en su declaración en el tribunal); quizá Antonia Plana, la criada, resulte precisamente más “plana”, sin la convicción que hubiera sido deseable en un personaje que, a la postre, tendrá que hacer el mayor sacrificio imaginable en beneficio del ser más amado de su vida.

(01-10-2021)


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Género

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Duración

92'

Año de producción

El crimen de la calle de Bordadores - by , Oct 03, 2021
3 / 5 stars
Una intriga con elementos cómicos y melodramáticos