Esta película está disponible en la sección Cine de la plataforma Movistar+.
En 2016 saltó a la palestra un caso de escándalo sexual que desbrozó el camino para que, poco tiempo después, en 2017, se desataran las denuncias contra el hasta entonces todopoderoso Harvey Weinstein, famoso productor de Hollywood que había abusado de decenas, quizá centenares de mujeres (actrices y otras profesionales del cine) a lo largo de varias décadas.
Pues antes de ese escándalo que generó lo que se conoce como el Movimiento Me Too (por el hastag de twitter #MeToo, “yo también”, que se hizo superpopular en las redes), se desató este otro escándalo en la muy conservadora cadena de noticias Fox News, justo durante la campaña para las presidenciales de ese año, que finalmente ganaría Donald Trump; ese sería el campanazo de salida para que las mujeres que durante años habían sido vejadas, humilladas, abusadas o incluso violadas por hombres con mucho poder, dieran el paso de denunciarlo.
La historia que se nos cuenta, como decimos verídica aunque con algunas irisaciones ficticias añadidas, es la base de este film, El escándalo, que narra cómo varias mujeres de la Fox News, encabezadas por dos de sus estrellas, Megyn Kelly y Gretchen Carlson, denunciaron al director de la cadena, el anciano Roger Ailes, acusándolo de abuso de poder con respecto a ellas y a otras féminas del canal. Inicialmente sin mucho apoyo, finalmente la denuncia global de varias decenas de mujeres y alguna añagaza perpetrada por una de las ultrajadas, consiguió poner en jaque al director de la cadena, hasta entonces un intocable cuya palabra era ley, obligando al dueño de la franquicia, el anciano magnate Rupert Murdoch, a tomar cartas en el asunto.
El problema de El escándalo es que, denunciando una realidad atroz, algo terrible e incalificable, sin embargo está hecho de forma poco creíble: está contada con tal grado de incoherencias, con tal nivel de ambigüedades, con tanta falta de concordancia en la trama, que incluso el más entregado espectador pronto desconecta de la historia y solo pide que se termine cuanto antes.
Jay Roach empezó en esto del cine inventando dos franquicias de comedia que funcionaron bien en taquilla, la saga de Austin Powers (parodia del cine de agentes secretos tipo 007) y la iniciada por Los padres de ella, para no hace demasiado tiempo virar hacia un tipo de cine mucho más interesante con Trumbo. La lista negra de Hollywood, en la que biografiaba al famoso guionista Dalton Trumbo, el autor del libreto de Espartaco, represaliado por la Caza de Brujas de McCarthy.
Pues quizá espoleado por ese éxito, se ve que Roach ha intentado otro tema de denuncia social, en este caso este antecedente del #MeToo, pero esta vez no le ha salido nada bien: aburrida, inconexa, confusa, son algunos de los adjetivos que se pueden utilizar para calificar este drama que tenía un tema muy potente pero que, desgraciadamente, ni el guionista ni el director han sabido trasponer adecuadamente al cine.
Y no será porque el tema no es percutante y de plena actualidad. Pero cine es cine, y lo primero, como tantas veces hemos dicho, es no aburrir. Si se aburre, mal se empieza, porque todo lo que se cuente nos entrará por un oído y nos saldrá por el otro. Así que el encomiable esfuerzo por visibilizar el execrable acoso en el mundo del cine y la televisión (acotación: ¿para cuándo una peli sobre Harvey Weinstein y sus canalladas?) se queda en nada en una película abstrusa, reiterativa, que da injustificados saltos argumentales, y que incluso hace que unos personajes parezcan estar a veces a favor y otras en contra del tema central del film. En definitiva, no es esta la película sobre el #MeToo que está por hacer, aunque esta, en puridad cronológica, se situaría antes de ese movimiento.
Charlize Theron se implica absolutamente, incluso coproduciendo la película, lo que evidencia su compromiso con el tema; lástima que ni el guion ni la puesta en escena haya apoyado su causa. Nicole Kidman, para nuestro parecer, está inferior en su interpretación, quizá también confundida con un rol no demasiado claro (por ser benévolos en la expresión). Margot Robbie confirma su versatilidad, después de verla de “killer” gamberra en Escuadrón suicida. Del resto nos quedamos con un John Lithgow que, ayudado de prótesis, consigue ser un convincente Roger Ailes, el tipo que se creía mejor que nadie, y que podía hacer que las mujeres que trabajaban para él se humillaran en su presencia.
(09-02-2020)
108'