Pelicula:

Las nuevas tecnologías siguen entrando a saco en el cine, y eso está bien: no ya en lo que se refiere a la forma de filmar, con cada vez más deslumbrantes efectos especiales y novedosas maneras de rodar que abaratan, democratizándolos, los rodajes, sino también como ejes sobre los que pivotan los nudos argumentales que se plantean.

Aunque la intención de presentar un filme a través de la pantalla de un ordenador ya se había hecho, por ejemplo, en Grand Piano (2013), es en este Eliminado en el que (salvo el último plano) toda la película se centra exclusivamente en el monitor de un portátil. Estamos entonces ante un auténtico “tour de force”, comparable (salvando las distancias que procedan, lógicamente) con el que hizo Alfred Hitchcock en La soga (1948), cuando rodó supuestamente (sólo supuestamente…) los noventa minutos del filme en un solo plano. Aquí tenemos también ese único plano, pero además con la complicación de mantener el interés del espectador exclusivamente a través de lo que podemos ver en la pantalla del ordenador portátil. También habrá que decir que este filme no se podría haber hecho, por ejemplo, en el año 2000, porque entonces sí había ya ordenadores personales pero ninguna de las aplicaciones que se utilizan (y de qué forma…) aquí.

La película se abre con un plano de la página de LiveLeak en el que vemos el suicidio de una chica ante sus compañeros, por mor de cierto vídeo anterior que se había hecho viral, y en el que la muchacha resultaba vejada de forma execrable. A partir de ahí veremos los escarceos de sexo cibernético de un par de adolescentes, chico y chica, a través de Skype, y después la irrupción a través de esa misma aplicación de otros chicos amigos; todos ellos chatean en grupo, con la pantalla dividida, pero hay alguien más, innominado e invisible, que parece haberse colado en el colectivo. Ese desconocido se identificará más tarde como la chica suicidada, y a partir de ahí llegará la incredulidad, el insulto, la violencia, la paranoia, la muerte.

Decíamos que hace quince años hubiera sido imposible filmar esta película, dada ahora con aplicaciones como la mentada Skype, que permite charlas en directo, con vídeo y audio, e incluso en grupo; también se interactúa con Facebook, tanto en el muro de esta popular red social como con su mensajería privada, y se utilizan los vídeos subidos a YouTube y a la también mencionada LiveLeak. Por supuesto, se usa Google para buscar información, correo electrónico para otras comunicaciones entre los desprevenidos adolescentes, y hay hasta webcam pages. Puestos a echar en falta, no aparecen las redes sociales Twitter ni Instagram, y tampoco se recurre a la socorrida Wikipedia; tampoco está Whatsapp, tan utilizada por medio mundo (y la mitad del otro medio), al ser el dispositivo utilizado como canal del filme un portátil y no un Smartphone o tablet, donde sí se puede utilizar esa popular aplicación de mensajería instantánea. En fin, todo un amplio surtido de medios y recursos informáticos que permiten presentar una trama completa y compleja sobre seis pipiolos y un matarife que primero los enfurece con su intromisión para después irlos aterrorizando y dando lugar a que se desnuden moralmente para desvelar sus graves faltas, todas ellas relacionadas con la chica suicidada tiempo atrás.

El director, el georgiano (de la República de Georgia, ex soviética, no del homónimo estado USA) Leo Gabriadze, hace con este su segundo filme, tras Problemas con suerte (2011), una comedia que no presagiaba que pudiera afrontar una temática y una forma narrativa tan novedosa como ésta. Buena parte del mérito está, por supuesto, en el también novato guionista, Nelson Greaves, que consigue dar verosimilitud a una historia que, dadas sus características, inevitablemente tiene cabos sueltos, razonablemente camuflados en una narración con un impecable ritmo “in crescendo” que alimenta la tensión hasta hacerla resultar casi insoportable.

Nueva fórmula, tanto en contenido como en continente, del cine de asesinatos de adolescentes que cuenta ya con un largo rosario de franquicias cinematográficas (recuérdense, sin ánimo de ser exhaustivos, los títulos iniciales de algunas de ellas: La noche de Halloween, Viernes 13, Pesadilla en Elm Street, Sé lo que hicisteis la última semana, Scream), Eliminado abre una nueva veta que puede ser muy fructífera. El resultado en taquilla ha sido extraordinario, con un mínimo presupuesto de un millón de dólares y una recaudación, sólo en el mercado USA-Canadá, de treinta y un millón de dólares. Pero sobre todo, y lo que es más importante, permite descubrir que las nuevas tecnologías tienen insospechadas cualidades a utilizar para contar historias, quizá ya conocidas (aquí no dejamos de estar en una típica película de venganza, sea o no perpetrada desde el más allá), pero que con las prodigiosas herramientas informáticas hodiernas presentan una faz diferente, resultan ser nuevas sin realmente serlo.


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Duración

83'

Año de producción

Eliminado - by , Sep 10, 2015
3 / 5 stars
Terror 3.0