Fort Apache

Es legendario que John Ford se presentaba a sí mismo diciendo: “Me llamo John Ford y hago wésterns”. Claro que Ford no solo hacía wésterns (películas extraordinarias como ¡Qué verde era mi valle!, Las uvas de la ira, o El hombre tranquilo así lo confirman), pero sí es cierto que su obra se vincula generalmente con el género de géneros, con films tan brillantes y decisivos como La diligencia (1939), Pasión de los fuertes (1946), Centauros del desierto (1956), El hombre que mató a Liberty Valance (1961) y Dos cabalgan juntos (1962).

Fort Apache no tiene quizá esa misma altura sobrenatural, pero es evidente que es también un clásico entre los clásicos, un film de bella factura fordiana, en el que aparecen todas las constantes de sus mejores obras: el sentido del honor, la camaradería, el heroísmo, la aventura. La historia se ambienta en el tiempo posterior a la Guerra de Secesión norteamericano, en tierras dominadas por los apaches liderados por el jefe Cochise; a Fort Apache llega un teniente coronel degradado en la recién terminada conflagración civil, amargado y deseoso de hacer méritos. El capitán hasta entonces al mando del fortín, un hombre sensato y conocedor de sus soldados y de la idiosincrasia india, habrá de ser el contrapunto del oficial que intente evitar sus posibles desmanes.

Fort Apache inicia la conocida como “la Trilogía de la Caballería” de John Ford, por localizarse en ambientes castrenses del ejército yanqui; los otros dos segmentos de este tríptico serían La legión invencible (1949) y Río Grande (1950).

Al frente del reparto figura el carismático John Wayne, que ya era por aquel entonces el actor fetiche de Ford, pero también un estupendo Henry Fonda en un personaje que se apartaba de sus habituales buenazos. Aparece también por allí Shirley Temple, ya adulta, pasada su época de niña prodigio, y están también buena parte de los secundarios habituales de Ford, como Ward Bond y Victor McLaglen.

(05-05-2021)