Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS


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En estas reflexiones sobre películas clásicas que uno comenta en Criticalia, se habló en una de ellas de un "Universo Shakespeare" (concretamente  al escribir sobre el Macbeth de Orson Welles). Y espero que nadie se escandalice si hoy -salvando todas las distancias- lo hacemos con un "Universo James Bond", que se inició también en la literatura antes que en el séptimo arte. Y fue gracias a Ian Fleming (Londres, 1908, Canterbury, 1964), periodista, escritor, militar (en el Servicio Secreto británico), que vivió en España durante la Segunda Guerra Mundial, y desde Gibraltar espiaba y estaba al tanto de una posible llegada de tropas alemanas a la España franquista, en una operación que titularon en Londres como "Goldeneye". Todo ello le ayudó en el inicio y desarrollo de su carrera como escritor.
 
En 1953 publicó "Casino Royal", su primera novela, con tremendo éxito, a la que siguieron otras once, y muchos relatos, además de una historia infantil y fantástica, Chitty Chitty Bang Bang, llevada al cine con la presencia en pantalla de Dick Van Dyke. Pero Fleming no llegó a conocer hasta qué punto su personaje de Bond, llevado al cine, se iba a convertir en un icono popular, y representación de un estereotipo del siglo XX, con sus luces y sus sombras. Sólo supo de sus dos primeras cintas, sin vislumbrar entonces que traspasaría la centuria y que sigue fílmicamente vigente hasta nuestros días, con 25 largometrajes hasta el momento. Fumador incansable y alcohólico, Fleming muere de un paro cardíaco a los 56 años.

Goldfinger es seguramente la cinta más representativa de la primera y gloriosa etapa del 007 fílmico. En ella se consolida la presencia de los productores Albert R. Broccoli y Harry Saltzman, el guionista Richard Maibaum, la música de John Barry, la dirección  del eficaz Guy Hamilton (puntal con Terence Young en esta etapa inicial), el prólogo del comienzo con los créditos de Maurice Binder y el agente disparando al objetivo, buscar una canción como dato identificativo (aquí una excelente, cantada por Shirley Bassey, que repetiría dos veces más en la serie), el veloz Aston Martín con sus trucos o gadgets que tantas veces salvarán o ayudarán al agente con licencia para matar, y un villano de primer nivel -el alemán Gert Fröbe-, quizás sólo superado muchos años después, en 1974, por Scaramanga, encarnado por Christopher Lee en El hombre de la pistola de oro. También tenemos la habitual Chica Bond (aquí Honor Blackman, tras la estela de la primera, Ursula Andress, en el título inicial de la serie)

Y el protagonismo, of course, de Sean Connery, unánimemente considerado el mejor actor de la longeva franquicia, por la que han pasado cinco intérpretes más, hasta llegar -ya en el siglo XXI-  al excelente (pero muy distinto) Daniel Craig. El Bond de esta primera etapa se nos presenta como un tipo refinado y sibarita, e invencible (que se salva por segundos de una muerte, castración o tortura), un seductor implacable que resulta casi un maníaco sexual incapaz de renunciar a consumar sus ligues, y un agente de ideas conservadoras, siempre al servicio de de Su Majestad.

Todo ello, y además de su jefe M, la secretaria Miss Moneypenny... y toda la cúpula del Servicio Secreto, aparece en esta película el malvado Auric Goldfinger, un antiguo orfebre convertido en multimillonario especulador de oro en lingotes, con los que trafica en el mercado mundial. Lleva como escolta un temible asesino japonés, que disfruta con su arma mortal, un sombrero de ala reforzada de acero, con el que lo mismo mata que cercena hábilmente la cabeza de una estatua. El magnate y 007 se conocen en Miami, jugando al golf, y cuando conoce el oficio de su compañero ya intenta liquidarlo con malas artes. Luego planea un audaz chantaje al gobierno de EE.UU. (la llamada Operación Grand Slam), asaltando, contaminando e inutilizando durante años la reserva federal de Fort Knox, lo que él aprovecharía para controlar todo el mercado del oro a nivel mundial.

Mientras, como venganza, asesina a una chica colaboradora suya (Shirley Eaton) que seducida -una más- por James Bond, le revela los planes del malvado y perece por asfixia cutánea al cubrir todo su cuerpo con polvo de oro, en otra de las imágenes icónicas de la película. El duelo final, en pleno vuelo,  entre 007 y Auric Goldfinger culmina con el salvamento del agente y su chica (Honor Blackman) lanzándose en paracaídas, e "intimando" al aterrizar, faltaría más. Así culmina esta película, tercera de la serie y primera en conseguir resultados millonarios de taquilla y consolidando por mucho tiempo la buena salud de un controvertido (e imitado) héroe en la segunda mitad del siglo pasado.

Llegarían luego otros intérpretes, como el verso suelto de George Lazenby (con un solo título) y, empatando con Connery a siete cintas, estuvo una docena de años Roger Moore (ya famoso en la tele con su personaje de El Santo), y ahora un 007 escorado hacia la comedia y el humor, mucho menos cínico que el escocés Sean. Un par de films rodó el sobrio y buen actor Timothy Dalton, dando paso al irlandés Pierce Brosnan que filmó cuatro películas de la serie, aportando elegancia y soltura, pero que no quiso encasillarse y prosiguió una variada y abundante carrera. Y llegamos ya al último de la serie canónica del agente que ideó Ian Fleming, con Daniel Craig en un Bond sobrio, duro y arriesgado, que tuvo en Sam Mendes un director de categoría, con Skyfall y Spectre.

Hoy el futuro de 007 es problemático, "los tiempos están cambiando", como ya nos cantó Dylan, y ahora se dice que no sería raro verlo en un próximo  proyecto con la piel negra y transmutado al género femenino... Entretanto sigamos disfrutando del primitivo Bond, James Bond, que tanto nos entretuvo y alegró encarnado por el gran Sean Connery...

(25-02-2024)


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110'

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James Bond contra Goldfinger - by , Feb 25, 2024
3 / 5 stars
007 nunca muere