Pelicula:

CINE EN PLATAFORMAS


ESTRENO EN NETFLIX


Confesamos que, cuando nos enteramos hace ya tiempo de que Juan Antonio Bayona (que firma siempre como J.A. Bayona, como lo hacía su tocayo J.A. Bardem) preparaba una nueva película sobre la famosa tragedia aérea ocurrida en 1972 en los Andes, en la que solo sobrevivieron 16 de las 45 personas que viajaban a bordo, nos asaltó el prejuicio sobre qué podría aportar el cineasta barcelonés a lo ya visto en su momento en los largometrajes Supervivientes de los Andes (1976), de René Cardona Jr., y ¡Viven! (1993), producción norteamericana dirigida por Frank Marshall, con Ethan Hawke en el papel principal; aparte, por supuesto, de varios documentales rodados al efecto, como la uruguaya Náufragos: Vengo de un avión que cayó en las montañas (2007), de Gabriel Arijón.

Pues como los prejuicios están, como las espadas, para envainárselas, no tenemos más remedio que reconocer (y qué gusto nos da hacerlo...) que Bayona ha dado con la tecla en este su nuevo y complejísimo empeño: porque si los otros largos de ficción ponían el énfasis en el relato aventurero y en el vidrioso asunto de la antropofagia a la que se vieron compelidos los protagonistas de aquella aciaga tragedia, y los documentales buscaban eso, documentar lo ocurrido, La sociedad de la nieve lo que hace, con buen criterio, es explorar las emociones, los sentimientos de aquel grupo de chicos supervivientes, todos ellos entre 20 y 25 años, estudiantes de diversas disciplinas universitarias en Montevideo y también jugadores de rugby, que tuvieron que afrontar, a una edad en la que nadie está preparado para ello (en puridad, no hay ninguna edad en la que se esté...), una prueba de resistencia física y anímica como difícilmente puede encontrarse otra en la Historia del mundo: la  película, que se basa en el libro homónimo de Pablo Vierci, busca la exactitud, la fidelidad absoluta en los hechos que tuvieron lugar entre octubre y diciembre de 1972, presentándonos inicialmente a los que serían pasajeros del Vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, un avión Fairchild FH-227D, para, una vez ya en el viaje, describir el accidente que tuvo lugar en plenos Andes, a unos 70 kilómetros del aeropuerto donde debían aterrizar, debido al error humano del copiloto, en esos momentos a los mandos, quien, debido a las nubes, y sin tener en cuenta la lectura de los instrumentos, inició la maniobra de descenso hacia la pista de aterrizaje cuando aún sobrevolaban la cordillera andina.

La historia está contada en off por uno de los protagonistas, Numa Turcatti, en una variante de lo que en cine se podría denominar como “el narrador de Sunset Boulevard”, el recurso al relator que cuenta la historia estando ya muerto. Veremos los momentos previos al accidente, el tremendo impacto, los ayes posteriores, el recuento de daños personales, el intento de organizarse mientras llega el rescate, pero también, conforme va pasando el tiempo y ven que los aviones que sobrevuelan la zona no los ven (el blanco del fuselaje del avión, sobre el blanco de la nieve, no ayudaba precisamente), cómo la desesperación empieza a impregnar a los supervivientes...

Lo cierto es que, como decimos, Bayona ha dado plenamente en la tecla: su historia, aparte de detallar minuciosamente los hechos que acontecieron, no se queda en el plano entomológico, en describir lo que ocurrió, sino, sobre todo, se centra en las relaciones entre los supervivientes, unas relaciones a veces sujetas a las tiranteces propias de un grupo sometido a una presión intolerable, pero también, y sobre todo, a la empatía que hizo que 16 de aquellos chicos pudieran, milagrosamente, ser rescatados 71 días después del accidente aéreo. En esas relaciones entre los chicos hay un tesoro, en las relaciones que se afianzan en los que ya eran amigos, pero también en los que apenas se conocían, forjándose un fortísimo vínculo emocional que los uniría como nada en este mundo.

Aunque pudiera suponerse que el eje sobre el que bascula la película es la ruptura del tabú que supone la antropofagia, realmente no es así; no queremos decir que no tenga un papel importante en el film, porque sí lo tiene, pero no es el centro sobre el que gira todo, que en realidad es el sentimiento de fraterna, absoluta hermandad que se generará en este pequeño grupo humano, un sentimiento en el que el sacrificio, la entrega a los demás, la generosidad, fueron las normas no escritas por las que, espontáneamente, se rigió este conjunto  humano abocado a una experiencia horrísona que, a buen seguro, les ha marcado de por vida.

Así, el tema de la antropofagia está planteado como un dilema moral, ético, religioso, incluso jurídico, siendo una decisión que se tomó (y no por todos a la vez: algunos de ellos lo harían más tarde, escalonadamente) cuando ya fue meridianamente claro que, de no hacerlo, la muerte por inanición era inevitable e inminente. Y tampoco se resolverá el tema de un plumazo: habrá debates entre los supervivientes, en los que se expondrán, acaloradamente, todos los puntos de vista; y es que el meollo del asunto será, por supuesto, morir o sobrevivir, aunque sea pagando tan alto precio, un precio que habrán de pagar en cargos de conciencia, en complejos de culpa, en haber roto, a su pesar, uno de los tabúes primigenios del ser humano. Y es que hay un tratamiento humanista de la historia, no se apoya en tremendismos ni en imágenes de pornografía gore, que en otras manos podrían haber sido ciertamente terribles. Pero Bayona, con buen criterio, elude los planos escabrosos de la práctica, que apenas se ve, casi solo se intuye, optando el director por la elipsis, por sugerir antes que mostrar.

Se entiende el interés que ha suscitado la película, no solo porque está muy bien hecha, sino porque plantea temas intemporales en el ser humano, como el ser racional que es a la vez intelectual y social, moral y ético, filosófico y metafísico. Estamos entonces ante una obra ciertamente sobrecogedora, hecha con sensibilidad y tacto, pero también con resolución, sin ambages, en lo que constituyó una gran tragedia, y cómo aquel grupo de muchachos que apenas despertaban a la vida adulta fueron capaces de afrontarla, incluso contra los tabúes más inmemoriales de la especie humana.

Es una película trágica, como decimos, pero también, en el fondo, transida de esperanza, en un relato intimista, en el fondo profundamente moral, toda una experiencia inmersiva en una historia intensísima, el drama de un puñado de jóvenes con toda la vida por delante, sometidos a un trauma brutal del que temen no poder salir.

Bayona huye aquí de los productos más comerciales que ha dirigido (el “blockbuster” Jurassic World: El reino caído, la serie El Señor de los Anillos: Los anillos del poder) para acercarse más a otras de sus historias que, aun siendo espectaculares (Un monstruo viene a verme, singularmente Lo imposible, con la que tiene más de un punto de contacto, y no solo visualmente), tienen un poso plenamente humanista, sobre sentimientos tan próximos entre sí como el amor familiar o la amistad inquebrantable.

Formalmente hablando, Bayona confirma su buen pulso como director, con una puesta en escena elegante, con lentos y majestuosos movimientos de cámara cuando la ocasión lo requiere, como en la filmación de los impresionantes paisajes nevados (en buena parte rodados, por cierto, en la granadina Sierra Nevada, además de en los propios Andes donde aconteció la historia original), jugando con habilidad con las imágenes de los voluntarios supervivientes en sus expediciones en busca de ayuda, filmados en grandes planos generales en los que la grandiosidad de la naturaleza helada hace aún más insignificantes a aquellos pobres diablos que buscaban lo imposible, el rescate de ellos y de sus compañeros que habían quedado en el pecio de la aeronave, en unas bellísimas imágenes de los expedicionarios en medio de la nada, apenas unos puntos casi engullidos por las gigantescas superficies blancas.

Estamos entonces ante una obra de una intensidad dramática extraordinaria: en puridad, no sabemos si las cosas fueron así, pero sí no lo fueron, deberían haberlo sido; seguramente estará magnificado, estará ficcionado, pero está hecho tan bien, con tanta sensibilidad, que, a la manera de la archiconocida anécdota de Picasso y Gertrude Stein a raíz del retrato que el primero hizo a la segunda (ya saben: “no se parece a mí”, le dijo ella; “algún día, tú te parecerás a ese retrato”, le contestó él), con el tiempo, la imagen que quedará de aquella tremenda tragedia de los Andes será este hermosísimo film, así como la música que nos la recordará será la elegíaca partitura firmada por Michael Giacchino, una obra melancólica de una belleza surreal.

Magnífico trabajo interpretativo, con una notabilísima dirección de actores, consiguiendo Bayona una gran carga dramática de sus jóvenes actores, ciertamente soberbios. El hecho de que todos ellos tengan por ahora una corta experiencia actoral nos parece que juega a su favor, confiriéndoles verosimilitud en sus personajes: no los vemos a ellos, sino a aquellos pobres tipos que se encontraron, de un momento para otro, en un infierno blanco del que muchos de ellos no pudieron escapar.

(18-12-2023)


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144'

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La sociedad de la nieve - by , Jan 11, 2024
4 / 5 stars
Lo imposible