Romántico, sí, ése es el género de esta nueva incursión del escritor Paul Auster en la dirección cinematográfica. Podría aventurarse que también es un drama, incluso una trama fantástica, pero creo que, sobre cualquier otra adscripción genérica, prevalece la de una historia de amor. Porque amor es la materia fundamental en esta peculiar crónica de un escritor que comienza una nueva obra y se le aparece inopinadamente una mujer, que terminará siendo la musa que le toca en suerte para poder afrontar esa nueva historia. El sacrificio máximo para un escritor le reportará la recuperación de la bella, pero con ello se trastocan los designios del Olimpo y todo tomará derroteros inesperados.
Se ha dicho, y es cierto, que la nueva película de Auster como director es muy literaria, pero otra cosa no habría sido imaginable: el novelista neoyersino es fundamentalmente un escritor, y la esencia de sus historias es extremadamente literaria. Lo era en “Smoke”, la talentosa comedia colindante con el absurdo (con el que Auster mantiene una relación amor-odio, como es sabido) que guionizó Paul y dirigió el chinoamericano Wayne Wang; lo era en la menos interesante, pero aún así curiosa “Blue in the face”, que codirigieron ambos; lo era, ciertamente, en su anterior empeño cinematográfico, “Lulu in the bridge”; ¿por qué debería ser otra cosa esta “La vida interior de Martin Frost”?
Dicho lo cual, habrá que convenir que Auster es tan interesante escritor como mediano director: su película vale mucho más por el argumento, la historia imaginada por el propio novelista, que por la forma en que Paul lo ha puesto en escena. Los recovecos habituales en la narrativa austeriana se dan cita aquí, con la inopinada musa, su defección, su reaparición onírica, la llegada de un “deus ex machina” bajo la forma de fontanero parlanchín y asaz espantoso escritor, y la entrada en escena de una nueva musa, que le pondrá en contacto con su amada. Claro que poner en imágenes esos recovecos, esos absurdos austerianos, y que no rechine, era tarea complicada; al menos para alguien que, como el escritor neoyersino, es un neófito en la materia fílmica. Así las cosas, “La vida interior…” resulta ser un hermoso cuento romántico sobre el amor (físico, espiritual) entre un escritor y su musa, en una típica intertextualización de Auster, donde los límites entre literatura, realidad, fantasía y absurdo son tan febles como un papel de fumar…
La vida interior de Martin Frost -
by Enrique Colmena,
Dec 08, 2007
2 /
5 stars
Austeras musas
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