Emilio Martínez-Lázaro es un realizador que nunca ha llegado a cuajar como el cineasta sólido y con un mundo personal que apuntaba al comienzo de su carrera. Aunque su inicial Las palabras de Max (que el propio realizador cataloga como "un Bergman") parecía llevarle por el drama puro y duro, pronto comenzó a hacer películas desvaídas, como Sus años dorados o Lulú de noche, que gozaron de un inexplicable predicamento crítico, posiblemente por una cierta pátina de obras "progres" a las que el tiempo ha dejado en lo que son, meros cascarones sin mayor contenido.
No se puede negar que algunos de sus títulos, como Amo tu cama rica, poseen cierta envergadura, pero esta La voz de su amo, en la que Martínez-Lázaro reincide en el universo del thriller, confirma que no estamos ante un cineasta de peso, sino ante un artesano, un buen profesional carente de talento. Y es una lástima, porque la historia prometía: guardaespaldas de empresario portugues afincado en Vascongadas, allá a principios de los ochenta, se ve envuelto en una turbia trama, entre la corrupción policial y el acoso terrorista etarra. Y decimos que es una pena porque, en principio, los mimbres parecían potables: una época convulsa de la Historia de España, durante una de las peores ofensivas de la canalla etarra; un pobre diablo metido en un berenjenal que le supera; una lolita que lo embelesa; el padre de ella, amo del infeliz, que lo traiciona; y un policía corrupto hasta las cejas. Pero estos elementos no ha sido bien imbricados ni en el guión ni en la realización, que resulta académica y casi nunca consigue "traspasar pantalla".
La línea argumental del encoñamiento de la lolita resulta un tanto superflua, y la intriga, aunque al cine negro se le supone una confusión implícita al género, resulta de lo más enrevesada y difícil de poner en pie. Además, para remate de los tomates, la presencia de ETA se reduce prácticamente a ser un paisaje más (en este caso tenebroso) del filme, cuando una de las más clamorosas ausencias en el cine español es, precisamente, la de ese conflicto gangrenado que nos asuela desde hace tantos años.
La voz de su amo -
by Enrique Colmena,
May 24, 2001
1 /
5 stars
ETA como paisaje
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