Frente al obsceno canon de belleza impuesto por tiránicos diseñadores de moda (esos ojerosos escobones ambulantes que se arrastran por pasarelas luciendo gélidos trapitos imposibles), esta película de la colombiana, afincada en USA, Patricia Cardoso, apuesta por el modelo entrado en carnes, por las mollas y los michelines, reivindicando que, como decía el clásico andaluz, "cá uno es cá uno". De tan hermoso y original título, "Las mujeres de verdad tienen curvas" no se queda en la vindicación gordinflona de las grasas, sino que es, también, un sincero y admirable canto a la autoestima, el derecho a ser uno mismo y a encontrar el camino propio de la mejor forma posible. Con una sencilla mezcla de tradición y modernidad en esta historia de gordezuela adolescente chicana, en un mundo entre lo anglosajón y lo hispano, atrapada por una madre obsesivamente ególatra pero adorada y comprendida (curiosamente en una película tibiamente feminista) por los varones de la casa, Cardoso consigue hacer grande un filme pequeño en presupuesto pero enorme en su ambición y, lo que es mejor, en sus resultados.85'