Lisa Azuelos hace con este título su tercer largometraje, tras debutar con Mujeres a flor de piel y Comme t'y es belle! (no visto en España). Esta comedia se centra en la relación entre una madre, Anne, metida en los 40, separada de su marido, con el que hace el amor a escondidas y coquetea con un policía, y Lola, su hija, una adolescente que tras discutir con Arthur, su novio, se sentirá más unida su mejor amiga. Anne vive una segunda juventud conforme ve crecer a su hija, a la que prohíbe que fume, beba, practique el sexo o tome drogas, coartándole una libertad que ella también buscaba cuando era joven y que aún sigue practicando alguna de esas prohibiciones, como un canuto de vez en cuando. Lola descubre, poco a poco, lo difícil que es llegar a la madurez.
La película tiene frescura al plantear esa relación entre madre e hija en la que los papeles se van intercambiando, Lola va madurando y Anne se va contagiando de la juventud de su hija, para acercarse a ella y comprenderla mejor. El film capta bien el lenguaje y la forma de expresarse de la juventud actual a través de las conversaciones de los alumnos y amigos de Lola, con gran realismo, ya que están sacadas de la realidad a través de la experiencia de la directora y guionista con su propia hija. Comedia coral, de carácter comercial pero dignamente puesta en imágenes, que mejora con la presencia de Sophie Marceau, obtuvo un gran éxito en Francia, superando a Slumdog millionaire.
La cinta denuncia la falta de referentes morales de una juventud más preocupada por el sexo y las drogas blandas que por estudiar para ser alguien en la vida, y al mismo tiempo apuesta por una comunicación más fluida entre padres e hijos, salvando las barreras generacionales que con tanta frecuencia se producen.
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