Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS


Disponible en Movistar+, Apple TV y Prime Video.


Si alguna moraleja evidente queremos sacar al ver este film, sería sin duda comprobar el terrible riesgo que conllevaba en los años setenta del pasado siglo XX (y también en nuestros días) cualquier contacto o cosa relacionada con la CIA (Agencia Central de Inteligencia), una organización de seguridad del gobierno federal de los Estados Unidos, pero con corporación y desarrollo propios, una especie de "estado dentro del estado", con intervenciones en todo el territorio nacional, en las embajadas y en cualquier lugar que requiriera su presencia según su propio criterio.


Y ese peligro lo comprueba en carne propia Joseph Turner, una especie de botones (cuando todavía existían en las empresas), un mindundi inofensivo que trabaja en un primer nivel en una oficina de la CIA que sólo atiende asuntos burocráticos y rutinarios sin relevancia. Un día baja a la calle por un recado, mientras un grupo de asesinos entra y masacra a todos los compañeros (en una terrible y excelente secuencia), al tiempo que advierten que falta uno de los componentes a eliminar. A la vuelta, Turner, horrorizado, huye y comienza a vivir su tremenda supervivencia, en este film que dirige el (casi) siempre eficaz Sydney Pollack, quizás en el mejor momento de su carrera. Una carrera, por cierto, que no se limitó a la realización, sino que combinó con soltura tanto en el campo de la producción, como escribiendo guiones, o como en la interpretación en cintas suyas o ajenas, algunas tan importantes como su trabajo en Eyes Wide Shut, la obra póstuma del gran Stanley Kubrick


Una odisea que puede ser mortal pero que la vemos en niveles cotidianos, urbanos, de cabinas, bares, perritos calientes en plena calle, en pleno día. Su víctima llama a un número que todos los de la CIA tienen para emergencias y cuando le reclaman su nombre clave, apenas si recuerda que es "Cóndor". No le resuelven nada y prometen que se pondrán en contacto. Y así se va prolongando un calvario, en el que sospechamos que a sus altos jefes no parece importarles demasiado que se una a las víctimas iniciales. Mientras los espectadores sí vemos al asesino que organiza o ejecuta los crímenes.


A la presencia de Pollack en la dirección se une su actor fetiche, Robert Redford, un dúo que ejemplifica el ala liberal hollywoodense de aquellos años y que marca un tanto la deriva acusatoria de la cinta contra los poderes establecidos y sus normas de conducta. Cinta que tuvo un buen éxito de público y crítica, alguien la comparó con el cine de Hitchcock, incluso con Con la muerte en los talones, pero carece del peregrinaje y cambios de escenarios de ésta, y de la sutilidad, humor y genio de su autor.


Con la contribución de una excelente Faye Dunaway para contrarrestar (en todos los sentidos) sus angustias y aportar una única ayuda a Turner, la cinta se basa -curiosamente- en una novela de James Grady titulada Los seis días del Cóndor, pero los guionistas redujeron piadosamente a la mitad los sinsabores de sus criaturas. Al final la trama se embrolla, hay un exceso de truculencia en la conducta de los grandes cerebros de la organización (presentados como un nido víboras), y todo culmina en un ataque frontal y un tanto ingenuo a las injerencias muchas veces inhumanas del Poder, con mayúsculas, con alusiones al control del petróleo y de territorios ajenos.


Robert Redford hace un gran trabajo (como en Las aventuras de Jeremías Johnson, Tal como éramos, El jinete eléctrico o Memorias de África, siempre con Pollack), pero acaso su presencia rompe el tono realista y cotidiano de la cinta: Redford es demasiado galán, demasiado guapo, demasiado rubio para encarnar a este insignificante peón de la todopoderosa CIA. Ya hemos nombrado a Faye Dunaway y a destacar también a un excelente Max Von Sydow en el astuto y peligroso cerebro criminal, mientras Cliff Robertson no pasa de su habitual medianía. 


Los tres días del cóndor siempre ha tenido una gran aceptación y muchos la citan como la obra cumbre de Pollack, hablan de "thriller perfecto", aparece Alfred Hitchcock enseguida, o la derivan hacia un cine valiente, progresista y de denuncia. Todo ello es verdad, pero lo es también que vista ahora, con bastantes décadas a sus espaldas, hay muchos aspectos que chirrían o quedan obsoletos, como esa machacona presencia de los aspectos tecnológicos de la CIA, que entonces serían lo más avanzado, pero que ahora resultan prehistóricos. Aún así, estamos ante una cinta que justifica ampliamente ese conocido dicho de que "más vale una película con fallos que una película fallida"...


 


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117'

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Los tres días del cóndor - by , Aug 11, 2024
3 / 5 stars
No tocar, peligro de muerte