ESTRENO EN MOVISTAR+.
Disponible también en Apple TV, Rakuten, Prime Video, Google Play Movies y Microsoft Store.
Las aventuras de Tadeo Jones (2012), auspiciada por el grupo Mediaset a través de su filial Telecinco Cinema, fue uno de los grandes éxitos comerciales (2,8 millones de espectadores) de la década de los años diez del cine español, y sin duda la más taquillera de todos los tiempos si hablamos solo de cine de animación. Sucesivas secuelas, tituladas Tadeo Jones 2. El secreto del Rey Midas (2017) y Tadeo Jones 3. La tabla esmeralda (2022) han confirmado que hay una veta que explotar en el “cartoon” español, siempre que se haga con buen criterio, calidad e historias resultonas; no se puede decir que estas películas de Enrique Gato alcancen la excelencia de las grandes películas de Pixar (que también las tiene mediocres, desde luego), pero está claro que es un filón que no se debe despreciar, ni mucho menos.
Como suele ocurrir en estos casos, suele haber epígonos, gente que sigue esta misma senda aunque desde proyectos distintos; es el caso de esta Momias, en la que vemos involucrada, además de a la multinacional Warner, que pone el marchamo necesario para poder distribuirse internacionalmente (en especial en el país del Tío Sam, por supuesto), al otro gran grupo mediático privado español, Atresmedia, que coproduce, junto a otras empresas, este nuevo empeño en el que la huella de la saga de Tadeo Jones es más que evidente: temáticamente, al ser sus protagonistas momias (como uno de los personajes secundarios de la serie “tadiana”, cuyos asuntos arqueológicos, evidentemente, también están muy próximos a estos personajes a los que le gusta más una venda que a un hipocondriaco...), pero también en su equipo técnico y artístico, desde el director, Juan Jesús García Galocha, conocido como “Galo” (que ejerció como director de arte en dos de las tres entregas de Tadeo Jones), hasta dos de los guionistas, Jordi Gasull y Javier López Barreira, que también lo fueron, junto a otros, de dos capítulos de la saga cinematográfica. Así que parece evidente que estamos ante lo que podríamos denominar un esqueje (nos gusta más este término que el de “spin-off”) no autorizado de Tadeo Jones, digamos una “inspiración” sobre el personaje creado por Enrique Gato.
La historia se inicia con una carrera de cuadrigas, con toda la pinta de estar (también...) inspirada en otro film, en este caso en la clásica de Ben-Hur. El protagonista, una momia llamada Thut (sí, como un hipocorístico de Tutankamon...), sufre un accidente al final de la misma, a resultas de lo cual sufre fobia a la velocidad. En Ciudad Momia, que es donde vive, se cruza con la princesa Nefer (ejem, sí, como Nefertiti...), que va de tapadillo, y ese primer encuentro es bastante desagradable para ambos, sin empatía alguna. En el mundo de los vivos conocemos al arqueólogo Carnaby, un tipo infecto con dos ayudantes gemelos más torpes que los inspectores Clouseau y Gadget juntos, y que se parecen sospechosamente a los cantantes conocidos como Gemeliers, aunque en más gordos... Carnaby va detrás de un hallazgo que le llevaría al mundo de las momias. En Ciudad Momia, el Faraón quiere que su hija se case, para lo que monta una ceremonia con un Ave Fénix que debería ser el que elija al pretendiente adecuado; un accidente provocado por una travesura del hermano pequeño (y memo...) de Thut hace que el pajarraco en llamas elija a nuestro protagonista, con lo que las cosas se ponen feas, porque Nefer quiere dedicarse a cantar y no quiere ver ni en pintura a nuestro prota...
Lo cierto es que, a nuestro entender, esta primera película de “Galo” como director se ha saldado con un resultado irregular; y nos parece tal cosa porque la historia es decididamente mejorable, con un guion plagado de lugares comunes, con mensajes supermanidos sobre la necesidad de perseguir los sueños y de enfrentarse a los miedos personales, diálogos bastante endebles y demasiada palabrería, en una historia que suena a archisabida, a tópica. Es cierto que hay algún chiste gracioso, como el que remeda la horrible restauración del Ecce Homo de Borja, o el hecho de que el tono de llamada de la dominante madre del villano sean... los famosos toques de violín, cual chirridos, de Psicosis, y también hay algunas estimables escenas de acción, como la persecución por Londres en el típico autobús urbano británico, o la escena final de las excavadoras contra los carros de caballos, pero el conjunto no termina de funcionar. Tampoco ayuda que el recurso al humor sea especialmente el del “slapstick”, el humor físico, que procuran los pencos ayudantes del villano, majaderos que también ejercen el “nonsense” o humor de tontos, en el que desde luego se les ve muy expertos...
Hay, es cierto, una buena calidad del dibujo, pero un proyecto como este, que ha costado 12 millones de euros, parece evidente que, como mínimo, tiene que presentar una historia decente, en la que no solo los niños disfruten (lo que va de suyo), sino que, también, pueda ser vista con agrado por sus papás, a la manera en la que Pixar (volvemos de nuevo, inevitablemente, a la Casa del Flexo, la referencia en animación digital) ha hecho y sigue haciendo en sus películas.
(08-09-2023)
88'