Pelicula:

Esta película ha formado parte de la programación del 19 Festival de Cine Africano (FCAT).

La IMDb censa solo 9 títulos audiovisuales producidos en la República Centroafricana (en adelante RCA) a lo largo de toda su historia, desde su independencia en 1960. Ello casa con los bajísimos niveles económicos y de bienestar de este torturado país, con una renta per capita de 724 dólares, una de las más bajas del mundo, habiendo sufrido desde su independencia varias dictaduras y golpes de estado, más dos guerras fratricidas, la segunda de las cuales a día de hoy aún continúa.

Por eso llama la atención una película como esta Nous, étudiants! (literalmente, “¡Nosotros, estudiantes!”), y no solo por lo difícil que es en la RCA hacer cine, cuando ya es complicado comer cada día, sino que además los protagonistas sean estudiantes de la Universidad de Bangui, y el propio director sea uno de ellos, filmando a sus amigos e interviniendo él mismo en la historia que se nos cuenta. Porque, aunque la película se presenta como un documental, quizá habría que hablar más de una docuficción o un docudrama, en el que se reproducen hechos que les han ocurrido o les están ocurriendo a los protagonistas, siendo complicado deslindar qué sucedió y se reinterpreta con los mismos actores sobrevenidos, y qué sucede realmente por primera vez ante la cámara del director, Rafiki Fariala.

La historia narra la vida durante algún tiempo indeterminado, pero que, por algunos detalles, podríamos fijar entre 2019 y 2021, de cuatro personajes principales que se autointerpretan, cuatro estudiantes varones centroafricanos, Aaron, Benjamin, Nestor y el propio Rafiki, que ante las cámaras nos cuentan sus preocupaciones, sus anhelos, sus relaciones con otros miembros de la comunidad, universitaria o no, sus novias, alguna embarazada, las complicadas piruetas diarias para poder comer.

La película está pespunteada de varias canciones, originales del propio Rafiki, canciones en las que se transluce un sordo rencor hacia las generaciones anteriores, con versos como “se dice que los jóvenes son el futuro / pero los viejos nos han engañado/ no les importamos nada/ nos han cerrado las puertas/ los jóvenes estudian para mejorar/ pero los viejos no están a la altura...”. En otra cantan: “Ya has robado bastante, vete...”. Y es que uno de los temas recurrentes del film es un mar de fondo en los jóvenes que acusa (no sin razón...) a los viejos institucionalizados en la economía, en la administración pública, en la élite, enquistados en el poder a lo largo de sucesivas oleadas de mandatarios, ya sátrapas, ya supuestamente demócratas, todos los cuales han sumido al país en una crisis económica y humanitaria que deja pequeña a cualquier otra de los estados vecinos.

Nous, étudiants! toca otros temas, como la corrupción rampante, no solo en la sociedad centroafricana en general, donde cualquier relación con la administración requiere el correspondiente untamiento, sino también en la propia universidad, donde se denuncian prácticas tales como subidas de nota a cambio de sobornos, o propuestas sexuales de los profesores hacia las estudiantes para ser aprobadas. En el aspecto de las relaciones sentimentales llama la atención una práctica peculiar, la de las familias que, en caso de embarazo de sus hijas por sus novios, piden una compensación económica por “violación” (que en realidad no ha existido), práctica que, a lo que se ve en el film, se ha constituido ya en una tradición a la que los novios acceden, aunque sus precarias economías la hagan difícil de cumplir.

Hay otros temas, como el religioso, siendo cristianos los universitarios filmados, además al parecer bastante convencidos de su fe; el político, con algunos debates cuasi incendiarios en las aulas de la Universidad de Bangui; la difícil supervivencia del día a día, con oficios u ocupaciones que realizan los estudiantes para conseguir comida, como el cultivo de pequeños huertos dentro de la ciudad, o la elaboración artesanal (y totalmente antihigiénica...) de yogures para su venta que son envasados en precarias bolsas de plástico, o puestos ambulantes ilegales cuya mercancía es con frecuencia requisada por la Policía.

Sin embargo, llama la atención el hecho de que, más allá de las generalidades de la reclamación a los viejos para que se vayan y dejen sitio a las nuevas generaciones, o las también genéricas denuncias de cohecho y soborno, no se hace demasiada sangre con respecto a la corrupción en el país, o a los problemas endémicos en la gestión de la cosa pública, quizá porque la película ha contado con ayudas estatales.

Gusta la película por ser fresca y directa, por mostrarnos un pedazo de la realidad del castigado país, retratando el día a día de estos jóvenes que alternan la esperanza en un futuro mejor con la desesperación ante la difícil supervivencia cotidiana.

Tiene el film más interés entonces por su acercamiento en clave realista a la vida de la comunidad universitaria de Bangui, la capital de la RCA, que por intentar reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro del país; y es que no hay mucha profundidad sobre lo que sucede y cuáles pueden ser las soluciones a tomar. En ese sentido, quizá le falte intencionalidad, no se sabe bien qué quiere contar más allá de los sueños, esperanzas y frustraciones de toda una joven generación, lo que no está mal, pero se limita a mostrarlo, sin ir más allá.

Quizá un tanto morosa, a la película le sobran algunas situaciones alargadas o que parecen prescindibles, con buena factura en general, aunque poco estilosa, permitiéndose el director incluso algún detalle de metacine, como en la escena en la que uno de sus amigos universitarios le dice al director que tiene la impresión de ser solo un personaje de la película, que cuando acabe se buscará a otros y no volverá a verlo.

Los actores, como se ha dicho, no son profesionales, y de hecho se autointerpretan, habiendo conseguido tres de ellos (Aaron, Benjamin y Nestor), por su frescura y naturalidad, el Premio al Mejor Actor en el 19 FCAT.

(06-06-2022)


Nous, étudiants! - by , Jun 06, 2022
2 / 5 stars
“Se dice que los jóvenes son el futuro...”