Taylor Hackford tiene, al menos, dos virtudes, una como cineasta y otra como persona. La primera, ser el director de “Contra todo riesgo”, una difícil y polémica revisión del clásico de cine negro “Retorno al pasado”, que, sin alcanzar la maestría del original, resultaba un estimable trabajo y agradaba por su falta de ambiciones y su modesta pero vigorosa puesta en escena. Su otra virtud, si así se puede considerar, es tener un excelente gusto a la hora de celebrar nupcias: primero casó con Lynne Littman, la sensible realizadora de “Testamento final”, la más conmovedora e interesante disección sobre un hipotético holocausto nuclear y sus consecuencias, y posteriormente con la eximia actriz británica Helen Mirren, que cuenta sus papeles por éxitos.
Sin embargo, el segundo largometraje de la carrera de Hackford como director, este “Oficial y caballero”, dejó bastante que desear. Se trata de un panfleto ultramilitarista y de tintes reaccionarios, dedicado a ensalzar las supuestas virtudes del entrenamiento a que son sometidos los marines norteamericanos y cómo es posible transformar a “balas perdidas” en auténticos oficiales y caballeros.
La película de Hackford surgió en un momento especial para los movimientos neoconservadores americanos, la Mayoría Moral y otras ligas de semejante tono. Ronald Reagan llevaba un año escaso en la Casa Blanca, aupado por la ola de americanismo a ultranza de comienzos de la década de los ochenta. En ese ambiente, el extraordinario éxito de público de “Oficial y caballero” estaba más que cantado.
La dirección de Hackford es eficaz, con esa puesta en escena engañosamente verosímil que nos hace creer no sólo lo que se cuenta, sino sobre todo “en” lo que se cuenta. Al éxito del filme no fue ajena la aparición como protagonista absoluto de Richard Gere, uno de los máximos símbolos eróticos de los ochenta, y a las sevicias y tormentos que le somete su sargento, Louis Gosset Jr., aunque sea “por su bien”, en una actuación justamente premiada con un Oscar al mejor actor de reparto. El filme obtuvo otra estatuilla a la mejor canción, la pegadiza “Up where we belong”.
Oficial y caballero -
by Enrique Colmena,
Jul 10, 2008
1 /
5 stars
Panfleto ultramilitarista
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