Paradise (2011)

Esta película se pudo ver en la Sección Focus Europa: Grecia, del Sevilla Festival de Cine Europeo 2012 (SEFF’12).
El cine griego tiene en los últimos tiempos cierta consideración crítica; títulos como Alps o Canino, entre otros, parecen querer indicar que algo se mueve en la, en general, inane cinematografía helena (con permiso del gran Theo Angelopoulos, ya difunto). Pero no soy de la opinión de que estemos ante una auténtica eclosión del cine griego, sino, tal vez, ante algunos títulos aislados; dice el refrán español que “una golondrina no hace verano”, así que tampoco dos o tres películas de cierto interés pueden suponer una verdadera Nueva Ola helena.

Para muestra un botón: esta Paradise no es sino un bonito documental sobre los carnavales de Patras, reputados como uno de los más importantes del mundo (se entiende que con permiso de los de Río de Janeiro, Venecia, Cádiz y Canarias, sin orden de prelación), aderezado con cuatro historias de amor de muy distinta laya: la mujer madura recién separada que quiere, y es correspondida, por un chico más joven que, a su vez, es querido, sin correspondencia, por la hija adolescente de ella; la chica recién llegada de su trabajo en Inglaterra, que encuentra a su novio en una especie de comuna de la que tendrá que intentar separarle; el chef de un restaurante, enamorado de su jefe, al que una oportuna borrachera permitirá un acercamiento en otro momento impensable; y un cincuentón recién separado que busca recomponer su matrimonio contra toda esperanza, en lo que le ayudará (qué cosas…) un inesperado ictus.

Cuatro historias con algún interés a ráfagas, como la del memo de la comuna que no termina de romper con el cordón umbilical de su grupito, un Peter Pan que se mete por la nariz cualquier cosa que sea blanca y parezca coca. Pero en general lo que queda es la impresión de estar asistiendo al desenfrenado festejo de las carnestolendas de Patras, con estas irisaciones románticas. Panayotis Fafoutis, el director, está bregado en series televisivas, y se le nota su capacidad técnica, pero no consigue remontar el pecado original del filme, un guión deslavazado y con demasiada frecuencia incoherente.