Pelicula:

La década de los años cincuenta quizá fuera la mejor de Hitchcock: se sucedieron las películas memorables: Extraños en un tren (1951), La ventana indiscreta (1954), El hombre que sabía demasiado (1956), Falso culpable (1956), Vértigo (1958), Con la muerte en los talones (1959). Es cierto que también en los años cuarenta tuvo éxitos recordables: Rebeca (1940), Sospecha (1941), Recuerda (1945), Encadenados (1946)..., y también en los sesenta: Psicosis (1960), Los pájaros (1963)... Pero, en general, se suele dar por buena la afirmación de que los años cincuenta fue la mejor etapa del llamado Mago del Suspense.

Pero, en contra de lo que decía Baudelaire, no se puede ser sublime sin interrupción, e incluso en esa década el gran Hitch tuvo también algún desfallecimiento, como este Pero, ¿quién mató a Harry?, film que, sin embargo, siendo un título menor en su carrera, no está exento, ni mucho menos de interés. Pero al lado de la mayor parte de los títulos citados, evidentemente, palidece...

Quizá estemos ante un error de concepción: es legendario el sentido del humor de aquel gordo genial, pero también que su humor estaba casi siempre contenido en historias dramáticas en las que esa comicidad actuaba como ligera válvula de escape con la que el director dejaba respirar al público. Aquí, en Pero, ¿quién mató a Harry?, sin embargo, estamos ante una comedia pura, comedia negra pero comedia al fin y al cabo, con un muerto de por medio pero en el que todo tiende a buscar la sonrisa cómplice del espectador. Y ciertamente con frecuencia se consigue, pero el mero recuerdo de los grandes títulos hitchcockianos, con su grandeza imperecedera, hace pequeña esta por lo demás tan agradable comedia.

La historia se ambienta en los años cincuenta, en un lugar indeterminado del campo norteamericano (a la sazón rodada en el estado de Vermont, en el noreste de Estados Unidos), donde en la primera escena vemos un cadáver en medio del bosque. Lo encuentra el pequeño Arnie, como de 6 años, y corre a contárselo a su madre, Jennifer, separada de su primer marido, Harry (el segundo, ya fallecido con anterioridad, es el padre del niño), que resulta ser el fiambre encontrado por el crío. También se lo encuentra el capitán Wiles, anciano navegante ahora varado en el interior del país, y algunos otros transeúntes por aquellos pagos generalmente desiertos. Varios de ellos tienen la impresión, por su interactuación con el muerto (cuando estaba vivo, se entiende...), de que han tenido algo que ver en el hecho de que el hombre haya pasado a mejor vida, así que se suceden las historias de supuestas culpabilidades y la necesidad de ocultar tales circunstancias a la autoridad...

La película se basa en la novela homónima de Jack Trevor Story, publicada en 1949, y parece evidente que su humor sardónico, blanco a la vez que negro (si vale la aparente contradicción), llamó la atención de Hitch, que quiso hacer una comedia pura, aunque con irisaciones de thriller, una comedia negra de enredo recorrida por un fino humor, con su muerto que está y al rato no está, para volver a aparecer de nuevo, todo ello mediante la mano del hombre (o de la mujer...), en una película que cae irremediablemente simpática por su tono amable, con personajes con un punto bohemio, o falsamente puritano, o crípticamente rijoso, en el que la muerte no está presentada desde un punto de vista macabro sino cómplice, como un elemento no trágico, donde el muerto es un personaje cómico más; eso sí, no le dieron ni una frasecita de figurante...

Es cierto que la película, para los estándares del siglo XXI en el que se escriben estas líneas, resulta algo lenta y un tanto teatralizante (aunque no esté basada en una comedia teatral); también que John Forsythe, el protagonista, era un negado para las situaciones de comedia: tenía tan buen porte como mala condición artística para hacer reír o sonreír. Shirley MacLaine, en su primer largometraje para el cine, ya irradiaba el raro carisma que siempre ha transmitido en sus películas. El gran Edmund Gwenn está tan entrañable como cuando hizo en España Calabuch para Berlanga, un actor que muy bien podría haber sido primo putativo de nuestro Pepe Isbert.

(26-03-2022)


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99'

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Pero, ¿quién mató a Harry? - by , Mar 26, 2022
2 / 5 stars
Agradable comedia en un Hitchcock menor