Pelicula:

Esta película está disponible en el catálogo de Netflix, Plataforma de Vídeo bajo Demanda (Vod).


Aardman Animations es, sin duda, una de las más interesantes productoras mundiales dedicadas a la animación con plastilina, mediante la fórmula del “claymation”. Fue fundada en Bristol en 1970 por Peter Lord, verdadero espíritu creativo de la compañía, con frecuencia director de films y series para el estudio. Inicialmente comenzaron haciendo algunas animaciones para programas televisivos, para posteriormente dedicarse a hacer cortos con su peculiar técnica de animación por plastilina, generalmente sobre temas cómicos y divertidos, con un público objetivo centrado en la infancia, aunque sus productos siempre son bien acogidos por todos los públicos. Con Wallace & Gromit. La gran excursión (1989) dan con uno de sus veneros, la pareja compuesta por el inglés de mediana edad y su perro antropomorfizado, pareja que dará mucho juego posteriormente, incluso con series televisivas propias y largometrajes. Dieron el salto a la fama internacional con su muy divertida Chicken run. Evasión en la granja (2000), graciosa y muy entonada parodia del clásico La gran evasión, de John Sturges, en clave gallinácea. A partir del siglo XXI se han expansionado con largometrajes y series de televisión de varias franquicias que han resultado ciertamente afortunadas, como la de La oveja Shaun, que ha contado también con su propia peli de largo metraje.

¡Piratas! es una versión ingenua y divertida sobre el mundo de los bucaneros británicos del siglo XIX. La acción se inicia en Londres, en 1837, donde una reina Victoria ya madura muestra su odio absoluto hacia los piratas. Vemos entonces el barco del llamado Capitán Pirata (siendo por tanto Pirata nombre propio, además de común...) y su peculiar tripulación. El capitán pretende ese año conseguir ganar el concurso del Pirata del Año, que se lo llevará el que consiga el botín más espectacular; pero sus iniciales buenas intenciones se frustran cuando comprueba que sus rivales son muchísimo más fuertes que él, aunque al final se tiene que presentar por orgullo y para no quedar mal. Pero cuando el científico Darwin le dice que su loro no es tal loro, sino un dodo, un animal supuestamente extinguido hace cientos de años, y que con él puede ganar un famoso concurso de ciencias, el capitán siente que todavía puede ser el Pirata del Año...

Tiene ¡Piratas! una extraordinaria perfección técnica: tanto los personajes como el atrezzo y la animación le confieren al producto una gran calidad técnica. El hecho de que haya habido dinero norteamericano en la producción ha hecho sin duda que los 55 millones de dólares que ha costado luzcan muy bien en pantalla. Sin embargo, esa gran calidad formal, en este caso, no se corresponde con una historia a la misma altura; acostumbrados a los muy divertidos personajes de Shaun, Timmy, Wallace, Gromit, etcétera, estos piratas, sin ser unos sosos, que no lo son, no llegan a ese mismo nivel, empantanados en un guion con demasiados tópicos y lugares comunes. Sí es bastante original la inclusión de Darwin y la ciencia en un film de estas características, pero nos tememos que ello no le redime de una cierta premiosidad y no demasiada gracia, en especial porque los personajes hablan demasiado, cuando buena parte del humor de Aardman radica en la mímica y el humor físico. El film parece influido por el tono socarrón de la franquicia de Piratas del Caribe, pero no alcanza, ni de lejos, el estado de gracia que consiguió la saga de Gore Verbinski en sus primeras entregas.

Como datos curiosos a comentar, es llamativa la ambientación de Londres con un aspecto victoriano más avanzado del momento en el que se supone se localiza (1837, según un rótulo indicativo al comienzo del film), pareciendo más el que existía (o el cine y la televisión nos han hecho creer que existía...) en la capital inglesa a finales del siglo XIX, en la época de Jack el Destripador y Sherlock Holmes. Aunque la historia ya decimos que no es especialmente brillante ni original, sí resultan muy bien hechas las escenas de acción, en especial las que comportan algún tipo de persecución. Tiene, desde luego, como es habitual en Aardman, varias referencias cinematográficas, con divertidos homenajes a films como 2001, una odisea del espacio (1968), de Kubrick, o El hombre elefante (1980), de Lynch. También resulta simpática la parodia que se hace sobre las ceremonias de entregas de premios, donde es obvio que el modelo satirizado es la gala de los Oscar.

En cuanto al asunto que la anima, la enseñanza que, como todo cuento moral (y este es también un cuento moral, aunque esté contado con muñecotes de plastilina), está destinada al público, sea este de mocosos o adultos (generalmente entreverado de ambos...), lo cierto es que se puede decir que es el mantenimiento de la lealtad al amigo (sea mascota o humano) por encima de cualquier otra consideración, incluido el famoso minuto de gloria al que, según parece, todos los seres humanos aspiramos.
 
Entre los personajes, aparte del central, ese pirata llamado Capitán Pirata, que no está mal aunque no da demasiado juego (sí, como los héroes de Disney, es curioso...), los mejores son secundarios como Darwin, un científico balbuciente que a ratos pareciera filosóficamente (que no físicamente) un tío abuelo de Woody Allen que no emigró a Estados Unidos; Darwin es aquí un entusiasta por la ciencia pero también por... encamar con señora o señorita, en una deriva rijosa (blanca, desde luego) poco frecuente en este tipo de productos; y la reina Victoria, por supuesto, que resulta ser una más que apreciable villana, una arpía con más mala leche que la Bruja de Blancanieves.

(26-07-2020)


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88'

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¡Piratas! - by , Jul 26, 2020
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